domingo, 19 de agosto de 2012

The Ex-Boyfriend Of His Sister cap.17




Nada más haberlo hecho, lamentó haber pronunciado el nombre de su hermana. Ella era una de las razones más importantes por las que no quería seguir hablando.
Joe lo sabía, por supuesto.
-Selena... He ahí una gran parte del problema. No todo, pero una buena parte. Es una forma de empezar.
-No quiero hablar de...
Le soltó el brazo con un movimiento airado.
-¿Por qué será que no me sorprendes? Por supuesto que no quieres hablar de Selena. Ni de Selema ni de nada que pueda acabar con las barreras que hay entre tú y yo -Demi echó a andar, pero él siguió hablando-. Prefieres convencerte de que un tipo como yo no puede traerte más que problemas. De esa forma puedes justificarte ante ti misma por seguir alejada de mí.
Eso no pudo dejarlo pasar y se volvió.
-Eso no es cierto -replicó, pero ni siquiera pudo convencerse a sí misma.
-Sigue engañándote si quieres. Puede que algún día hasta llegues a creértelo. Incluso es posible que te lo creas ahora. Pero escucha lo que te voy a decir, y escúchalo bien: no hay absolutamente nada entre Selena y yo, excepto puede que amistad.
Demi se echó a reír. ¿Cómo tenía valor para mentir así?
-¿Y se lo has dicho a ella?
-Por supuesto.
Eso la sorprendió.
-¿Cuándo?
-Anoche.
Demi se lo quedó mirando atónita. La noche anterior había visto su coche frente a la casa de Selena...
-Yo, eh... ¿a qué hora estuviste hablando con Selena... y dónde?
Joe la miró sin comprender, pero se encogió de hombros.
-Fui a su casa con ella después de que cerraran el bar y hablamos allí. ¿por qué?
Había una silla antigua junto a la ventana que daba a la parte frontal de la casa. Demi se sentó allí antes de preguntar:
-¿Y qué le dijiste?
-Pues lo mismo que te dije a ti hace un par de semanas: que lo que habíamos tenido hace años, terminó para mí. Que hace dieciséis años que había terminado.
-¿Y eso es todo? -
-También le hable de lo que siento por ti. Que me siento atraído y me gustaría estar más cerca de ti, pero que tú no me dejas.
-¿Y cómo reaccionó Selena?
-Me escuchó y después asintió. Pero no sé si de verdad captó el mensaje. ¿Qué otra cosa podía hacer?
Demi pensó en su hermana, en todas las cosas que habían dejado por decir durante su última conversación telefónica. Ahora tendrían que hablar largo y tendido. Miró por la ventana. Al otro lado del cristal, la tormenta seguía.
-Demi... -la voz de Joe era suave-. ¿Por qué es tan importante para ti dónde y cuándo he hablado con Selena?
No tenía por qué confesarle lo que había hecho la noche anterior. Ya le había visto hacer el idiota con Spike, y eso ya bastaba. No tenía por qué saber lo demás.
Pero entonces se acercó a ella y se arrodilló a su lado. Le vio hacer una mueca de dolor al doblar sus articulaciones y la ternura la llenó por completo, amenazando su frágil equilibrio emocional.
-¿Qué? ¿Qué pasa, Demi?
Su rostro quedaba en la sombra, ya que la lámpara estaba a su espalda, pero su voz parecía llena de preocupación.
Por alguna razón, sólo fue capaz de decirle la verdad.
-Yo... vi anoche tu coche en casa de Selena.
-¿Qué?
-No podía dormir -le explicó, haciendo un gesto de impotencia con las manos-.. A media noche, me levanté, me vestí y fui hasta tu casa. Cuando llegué allí, me quedé sentada en mi furgoneta preguntándome qué demonios estaba haciendo allí, y si estarías en casa y... solo. Después de un rato, cuando ya no pude aguantar más allí sentada, bajé de la furgoneta y llamé a tu puerta.
-Demi...
Susurró su nombre con suma suavidad y cogió su mano.
Demi recuperó así el coraje necesario para contarle el resto.
-Si querías saber qué estaba haciendo en casa de Selena, ¿por qué no subiste a averiguarlo? -le preguntó él.
Demi bajó la mirada. Las manos de él estaban mucho más cuidadas que las suyas, con las uñas perfectamente iguales y limpias. Las de ella tenía el aspecto de lo que era: las manos de un carpintero, de una mujer toda trabajo.
-¿Demi? Supongo que no entre porque no quería saber de verdad qué estaba pasando entre Selena y tú. Como tú has dicho antes, sólo quería tener una buena excusa para mantenerme alejada de ti.
-¿Y sigues queriendo estar alejada?
Las palabras no y sí se formaron simultáneamente en su cabeza, pero no pronunció ninguna de las dos, sino que se quedó mirando su rostro, tan atractivo y ya tan familiar, y pensando lo mucho que lo deseaba... y lo mucho que le asustaban sus propios sentimientos.
Joe se apoyó en su rodilla para ayudarse a levantarse. Una vez de pie, la hizo levantarse a ella-. Te he hecho una pregunta. ¿Sigues queriendo lo mismo? Estaba demasiado cerca. No podía pensar.
-Joe, yo no...
Él la abrazó y sus cuerpos se tocaron.
-Me gusta cómo eres -dijo él-. Tan fuerte, y al mismo tiempo con una suavidad que tú te empeñas en ocultar.
-Joe...
-Desde que volvimos a encontrarnos ha sido todo una confusión. Tan pronto estaba luchando por apartarte de mi cabeza como tan pronto me encontraba soñando.
-¿Soñando con qué?
-Contigo. Con nosotros. Con lo que podría ser.
-¿El qué?
-Tú y yo. Juntos. Haciendo el amor.
Sintió que las mejillas le ardían y que el corazón se le desbocaba. Entonces recordó cómo se había comportado en la tienda aquella mañana.
-Pero hoy has estado tan frío en la tienda.
-Maldita sea, Demi. ¿Qué demonios esperabas? Primero me dices que desaparezca de tu vida, luego ni siquiera me das las gracias por salvarte de Spike y luego apareces en la tienda, toda preocupada porque pudiera perderme en la tormenta. Esa fue la gota que colmó el vaso. Estaba hasta arriba ya.
-Lo sé, pero...
-Shh. Ahora sólo bésame. Una vez. Por ahora.
El viento gimió en la tormenta.
-Yo no...
-Shh. No digas no.
La tentación era irresistible.
-¿Sólo un beso?
-Sólo uno -le prometió con solemnidad. Entonces una sonrisa de medio lado le iluminó los ojos y cambió de forma la cicatriz de su labios-. Por ahora.
-No creo que...
Joe le hizo levantar la cara cogiéndola por la barbilla.
-Sí, eso es. No pienses.
-Joe...
-Dí que sí. Di que puedo besarte.
-Pero...
-Quiero oírtelo decir. Es sólo una palabra: sí.
-Yo...
-Vamos.
-Eh...
-Puedes hacerlo.
-Ya lo sé.
-¿Eso quiere decir...?
-Joe...
-Sólo tienes que decirlo.
-Está bien. Sí.





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