martes, 28 de agosto de 2012

White Lies cap.12







–No me has estado escuchando –se quejó Justin Dupree(imaginense al Bieber), mirando a Nick con curiosidad.
Los dos hombres estaban comiendo en uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad y planeaban pasarse por el club más tarde para jugar al billar con Joe, Zac y Kevin.
Nick le dio otro trago a su cerveza y sonrió a su amigo con gesto de disculpa.
–Perdona, ¿qué has dicho?
Justin sonrió.
–He dicho que Monica Cooper no te ha quitado el ojo de encima en toda la noche.
Nick arqueó las cejas.
–¿Quién?
Justin hizo un gesto de burla.
–Monica. Ya sabes. Monica la de los labios carnosos.
Nick no pudo evitar sonreír mientras se recostaba en su asiento. Le dio un trago a su cerveza.
–Yo no la conozco, pero seguro que tú sí.
No había muchas mujeres solteras con labios carnosos que Justin no conociera. Tenía fama de ser el mayor playboy de la ciudad. Justin había heredado la fortuna multimillonaria de su familia y era capaz de seducir hasta a una monja. También se le daba bien hacer negocios, tenía reputación de ser un negociador excelente. Nick se enorgullecía de que fuera su amigo.
Justin sonrió.
–Sí, la conozco. Su padre posee terrenos a las afueras de Austin. Ella viene a Somerset todos los veranos para visitar a su tía. Parece que le has gustado.
 Nick no se molestó en mirar a la mujer en cuestión.
–Me alegro.
Nick sabía que Justin debía de estar preguntándose por qué no mostraba interés por Monica ni por ninguna otra mujer esa noche. Incluso la camarera le había lanzado un par de sonrisas coquetas. Pero la única mujer en la que podía pensar era la que lo había acompañado a comer. No podía sacársela de la cabeza.
La mujer que él había abrazado mientras ella lloraba.
–De acuerdo, Nick, dime, ¿qué está pasando por tu cabeza? Joe me ha dicho que sigues sin creer que Montoya es culpable.
Nick miró su botella de cerveza un momento antes de responder. Justin y él eran amigos de los Brody. Justin era el mejor amigo de Zac, igual que él lo era de Joe.
En cierta manera, Nick se sintió culpable. No había dedicado nada de tiempo a pensar en Montoya ni en el incendio y debería hacerlo, se dijo. Había estado demasiado ocupado pensando en Miley. Pero ya que Justin sacaba el tema…
–No estoy tan convencido como los demás. Montoya es un hombre de negocios, igual que tú. Siempre apuesta a ganar. Es muy listo. No me parece que sea lo bastante estúpido como para prenderle fuego a la refinería de su enemigo, sobre todo cuando todos lo señalarían con el dedo. No tiene móvil.
Nick negó con la cabeza.
–Yo creo que sí. Acabas de decirlo tú mismo. Joe y él son enemigos.
–Pero eso es todo, Justin. Llevan años siendo enemigos. No es nada nuevo. Según Joe, su animadversión se remonta al instituto. Siempre han competido.
–Sí –afirmó Justin–. Y siguen compitiendo hoy, en casi todo. La única razón por la que Montoya decidió unirse al club fue para poder fastidiar a Joe. Aparte de eso, Montoya es amigo de Paulo Ruiz y todo el mundo sabe que ese tipo tiene contactos en los bajos fondos y es un mal bicho. Ruiz podría haber sido el encargado de provocar el incendio.
Nick asintió pero siguió sin estar convencido.
–Bueno, sólo tenemos pruebas circunstanciales que no serían suficientes en un juicio. A menos que encontremos evidencias más sólidas…
–Yo las conseguiré –lo interrumpió Justin.
Nick arqueó las cejas.
–¿Y cómo planeas hacerlo?
Justin sonrió.
–Lo descubrirás cuando te presente todas las pruebas que necesitas.
Horas más tarde, cuando se alejaba del club en su coche, Nick no pudo evitar recordar lo que había hablado con Justin durante la cena. Estaba claro que él no conocía a Montoya tan bien, pues no había vivido en Somerset toda la vida, como los demás, pero no podía evitar admirar a alguien que había trabajado tanto para amasar una gran fortuna desde la más absoluta pobreza. Había oído que, en el pasado, Montoya había trabajado como guarda en el club.
Y a Nick le costaba creer que alguien que había luchado tanto para triunfar arriesgara todo lo que tenía cometiendo el delito de provocar un incendio. Estaba convencido de que, si Montoya hubiera estado implicado en el incendio, se habría esforzado más en cubrirse las espaldas. Sin ir más lejos, el tipo ni siquiera tenía una coartada, para empezar. Ni encajaba con el perfil de un pirómano.
Nick decidió que, antes de irse a la cama, repasaría la información que había reunido hasta el momento, sobre todo las entrevistas que había tenido con los trabajadores que habían dejado la compañía en los últimos dos años. Entonces, maldijo para sus adentros al darse cuenta de que se le había olvidado la carpeta que contenía esa información en el centro de acogida.
Encendió la radio, pensando que le sentaría bien distraerse un poco con la música. Respiró hondo al reconocer la canción, que había oído ese mismo día a la hora de comer, cuando había estado en la cafetería con Miley.
Revivió al detalle la imagen de Miley sentada ante él, intentando superar el dolor de la pérdida de su tía. A él le había caído bien su tía y pensaba que la pobre mujer había perdido la vida de una forma muy trágica. Podía hacerse una idea de lo mal que lo habría pasado Miley. Pero no quería pensar en eso. Entonces, ¿por qué lo hacía? ¿Por qué debía recordarse a sí mismo una y otra vez que no debería pensar en ella?
Sumido en sus pensamientos, miró el reloj del coche. Eran cerca de las diez. Al día siguiente, dedicaría su jornada a visitar la refinería para comprobar algunas cosas e interrogar a algunos empleados, incluido el que había asegurado ver a alguien con el aspecto de Montoya en el aparcamiento de la refinería la noche del incendio.
Nada más parar en un semáforo rojo, sonó su móvil. Respondió de inmediato.
–¿Sí?
–Nick, soy Lucas. Tengo un mensaje tuyo.
Nick sonrió al escuchar la voz de su antiguo compañero de la policía, que le recordaba a sus tiempos de detective en Houston. Lo habían pasado bien juntos, a pesar de la actitud pesimista de Walt.
–Sí, Lucas, ¿cómo va todo?
–Como siempre. Ya habrás oído que Smothers se ha retirado al fin. Es una buena noticia.
–Sí, lo había oído –señaló Nick. Lucas era un detective muy rudo que debía haberse retirado hacía años.
–Bueno, ¿qué pasa? En tu mensaje, decías que necesitabas mi ayuda con algo.
–Estoy investigando un caso de incendio provocado en Somerset y necesito que investigues el historial de uno de los empleados de la compañía. Otro de los empleados me ha dicho que solía trabajar para una empresa que se quemó hasta los cimientos hace unos años, en Houston.
–Claro. ¿Cómo se llama el tipo?
–Quincy Cummings –dijo Nick, esperando que Lucas pudiera obtener información sobre él.
–Te llamaré mañana o pasado para contarte qué he averiguado –dijo Lucas.
–Gracias.
–Bueno, ¿y qué has estado haciendo, Nick? La última vez que hablamos fue el año pasado. Pensé que me llamabas para contarme que te habías casado o algo así –apuntó Lucas en tono de broma.
Sin embargo, por alguna razón, Nick se sintió molesto por las palabras de Lucas. Había tocado su punto débil. Podría ser porque Lucas había sido quien le había contado lo de Miley y las cosas que ella había dicho de él.
–No. Planeo seguir soltero hasta el fin de mis días –replicó Nick, preguntándose por qué Lucas siempre sacaba a relucir el tema del matrimonio.
–Yo igual. Las mujeres son unas mentirosas. No se puede confiar en ninguna de ellas. Por cierto, ¿recuerdas a ésa que te gustaba tanto cuando éramos compañeros de patrulla? La que te dejó por un viejo rico cuando estabas fuera de la ciudad. No me acuerdo de su nombre pero…
–Miley –lo interrumpió Nick, intentando ocultar su irritación.
–¿Qué?
–Digo que se llamaba Miley. Miley Martindale –apostilló Nick, pensando en dar la llamada por terminada.
–Ah, sí, esa chica. Me pregunto qué fue de ella después de que se fuera de Houston. ¿Seguirán juntos el viejo y ella?
–No lo sé –repuso Nick en tono cortante, decidido a no mencionar que Miley vivía en Somerset y que no sólo la había visto, sino que la había besado de nuevo–. Mira, Lucas, te agradezco que me devuelvas la llamada. Avísame si averiguas algo de ese tipo.
–Claro que sí, compañero.
Nick colgó. Lucas era el tipo de hombre que pensaba que debía compartir su pesimismo con todo el mundo. Y siempre había tenido una visión muy deprimente de la vida, sobre todo porque no le había ido nada bien con las mujeres.


2 comentarios:

  1. wow me encantooo
    se me hace que lucas queria con miley..
    please siguela niñaaa...

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  2. ooooooooowwwwwwwwww
    amigaaa me encanto !!
    ya puedo comenta
    wujuuuuuuuuuuuuuuu :D

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