sábado, 18 de agosto de 2012

White Lies cap.8




–Pensé que no íbamos a terminar nunca –dijo Miley mientras los dos salían de la comisaría.
Nick la guió hasta su coche.
Después de tranquilizar a las mujeres y a los niños, Miley se había reunido en persona con Gail Green para comunicarle lo que había hecho su marido. Entonces, le había tenido que asegurar a Gail que el centro de acogida no iba a echarla a causa del incidente.
Gail y sus dos hijos pequeños habían llegado al centro hacía tres días después de salir corriendo de su casa en medio de la noche. Los moratones que Gail tenía por todo el cuerpo probaban sin lugar a dudas que había sido sometida a maltrato físico pero, como muchas mujeres que buscaban refugio en el centro, no había querido presentar cargos contra su marido.
–A mí no me ha parecido que tardaran más de la cuenta –señaló Nick, sonriendo un poco mientras le abría la puerta del coche a Miley.
Ella puso los ojos en blanco, con gesto burlón.
–Se nota que has sido policía –replicó.
Nick rió y cerró la puerta del copiloto antes de entrar por la otra puerta. El reloj del coche indicaba que eran más de las tres y todavía no habían comido.
–¿Adónde vamos? –preguntó él después de acomodarse detrás del volante y ponerse el cinturón–. Y no me digas que de vuelta al centro, porque tenemos que comer. Voy a llevarte a algún sitio para comer algo. No sé tú, pero yo estoy hambriento.
El estómago de Miley rugió como respuesta y ella sonrió.
–Lo siento. Creo que eso significa que yo también tengo hambre. ¿Conoces la cafetería que hay a la vuelta de la esquina, junto al centro de acogida? Se llama Cielo rojo.
–No. He pasado por allí varias veces, pero nunca he comido allí.
–Pues hoy es tu día de suerte porque vas a conocerlo.
–¿Hacen buenas hamburguesas? –preguntó él, incorporándose a la carretera.
–Nunca las he probado. Siempre pido ensalada.
Nick la miró y sonrió.
–¿Así que no has dejado ese hábito?
–¿Quieres consultarle a cualquier médico cuál de nuestros hábitos es más saludable?
–No.
–Eso imaginaba –repuso ella, riendo.
Era agradable reír, pensó Miley. No estaba dispuesta a admitirlo delante de nadie, y menos de Nick, pero Samuel Green la había asustado y se alegraba de que Nick hubiera estado allí. Cuando el señor Green había irrumpido en el centro, tras romper la puerta de cristal, ella había revivido los tiempos en que Liam la había maltratado. Había sido testigo de su ira fuera de control y toda esa ira había sido dirigida contra ella. De un golpe, Liam la había lanzado por los aires contra la pared, pero ella había sido lo bastante rápida como para salir corriendo antes de que él hubiera podido continuar golpeándola.
Aquélla había sido la única vez que Liam le había levantado la mano y ella se había asegurado de que hubiera sido la última. Le había devuelto su anillo de compromiso a través de un mensajero en la misma caja en que lo había recibido y, ese mismo día, Liam había recibido la orden de alejamiento. Pensando en ello, se alegraba de haber podido salir de una situación de maltrato. Había reconocido el momento de romper su relación a tiempo.
Dejando de lado sus pensamientos, Miley miró a Nick.
–¿Has adelantado mucho tu trabajo hoy?
Él se encogió de hombros.
–No tanto como me habría gustado, pero no me ha ido mal. El tema de la seguridad es una prioridad en este tipo de centro, por eso hay que hacerlo bien.
Miley no se lo discutió.
–Y, en cuanto al sistema de contabilidad, me parece comprensible que el Club de Ganaderos quiera tener constancia de en qué se gasta su dinero.
–Sí, está en su derecho –señaló Summer, preguntándose si Nick creería que ella pensaba lo contrario–. El centro de acogida tiene suerte de contar con la financiación de un grupo de hombres tan distinguido. ¿Conoces a alguno de ellos?
–¿Alguno de quiénes? –preguntó Nick, arqueando una ceja.
–De los miembros del Club de Ganaderos de Texas.
–¿Por qué iba a conocerlos?
Miley se dio cuenta de que él parecía ofendido.
–Sólo me preguntaba si los has visto alguna vez. Después de todo, ellos te contrataron.
Nick contestó tras una pausa.
–Sí, he conocido a algunos de ellos. Para ser unos tipos tan ricos, no están tan mal. Y los respeto por todas las cosas buenas que hacen por la comunidad. Según tengo entendido, algunos de sus miembros prefieren que no se conozca su identidad. Les gusta trabajar tras bambalinas, sin buscar el reconocimiento público.
Miley asintió. Ella sabía que algunas personas ricas preferían hacer sus donaciones de forma anónima y lo respetaba. Y apreciaba todo lo que el Club de Ganaderos de Texas había hecho hasta el momento, así como las cosas que tenía planeado hacer. Tenía muchas ganas de reunirse con Kevin Novak el viernes. En ese momento, Helping Hands tenía capacidad para albergar a quince mujeres y niños en situación de peligro. Y el club había planificado ampliar las instalaciones del centro al triple de su capacidad.
–Te has quedado muy callada –observó él.
Miley miró a Nick y no pudo evitar sentir una gran gratitud. Él se había mantenido al margen y le había permitido encargarse de la situación hasta que las cosas se habían salido de control. Y apreciaba que hubiera intervenido en el momento exacto, interpretando el papel de caballero andante una vez más.
Siguió mirándolo. Nick tenía la vista puesta en la carretera y ella revivió un momento del pasado, cuando él la había estado conduciendo a otro lugar. Había sido su primera cita. Habían salido a cenar pizza y, después, Nick la había llevado a casa. Ella lo había invitado a entrar y, más tarde, sentados juntos en el sofá, habían empezado los besos. Poco después, ella había estado tumbada bajo él en la cama, haciendo el amor de un modo que no había creído posible. La intensidad del recuerdo de esa noche era casi suficiente para quitarle importancia a todo lo demás que había ocurrido durante esos siete años.
Casi suficiente.
–¿Miley?
Ella parpadeó al darse cuenta de que habían llegado a un semáforo. Nick la había sorprendido mirándolo.
–¿Sí?
–¿Seguro que estás bien? Supongo que los incidentes como el de antes son algo normal en cierta forma, por eso estoy instalando software de seguridad en todos los ordenadores, para reducir el riesgo de que los maridos rabiosos averigüen el paradero de las mujeres acogidas en el centro. De todas maneras, debe de ser un poco traumático tener que enfrentarse a uno de esos maridos allí mismo.
«Si tú supieras», pensó Miley.
–Sí, y lo peor es que las mujeres se vean obligadas a esconderse. Los Green tienen dos niños preciosos y hoy su padre ha aparecido exigiendo verlos, con uno de sus bates de béisbol. La persona que hemos visto hoy no es un buen padre ni un amante esposo, sino un hombre peligroso y violento.
Miley suspiró. Esa noche, iba a dormir bien e intentar olvidar el incidente. Aunque lo más probable era que no lo consiguiera. Seguramente, lo reviviría al detalle un montón de veces e imaginaría qué habría pasado si Nick no hubiera estado allí.
–Ya estamos aquí.
Miley miró a su alrededor. Nick había aparcado en el aparcamiento de la cafetería y había parado el motor. Ella lo miró. Él le devolvió la mirada con tal intensidad que le provocó escalofríos de deseo.
Había química entre ellos, sin duda. Miley podía sentir el calor del cuerpo de él. Sin embargo, se obligó a pensar en otra cosa.
–Bueno, pues vayamos dentro –se forzó a decir. El modo en que Nick la estaba mirando le hizo desear sugerir ir un sitio bien diferente, pero se contuvo y trató de guiarse por el sentido común.
En ese momento, decidió que era hora de darle las gracias.
–Te agradezco mucho lo que has hecho hoy, Nick. Quiero…
–No, no me des las gracias.
–¿Por qué? –preguntó ella, confundida.
–Porque no hice nada que no fuera necesario. Hice lo que habría hecho cualquier hombre.
Miley sopesó sus palabras. Nick era un hombre de acción. En dos ocasiones lo había visto actuar y él no había querido aceptar sus palabras de agradecimiento.
–Te doy las gracias, Nick Franklin, porque las mereces.
Y, antes de que Nick pudiera responder, ella salió del coche.



2 comentarios:

  1. mitchie! amiga ♥
    no hace falta decir que
    me encanto el cap subas mas mas
    me encata esta nove :D
    bueno byee*
    besitoss teQuiero♥

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  2. Te vooooooooooooooooooooooooooy a matarrrrrr
    jajaaja
    como me dejas ahí---
    con un capitulo.
    asi de cruel andas??!
    como has cambiado
    antes eras una mejor persona
    hjahahahahaha
    mentira
    eres buena persona, pero porque solo uno¡?¡!

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