domingo, 22 de julio de 2012

A New Woman cap.23




Joe condujo hasta casa de Demi, sintiéndose nervioso. No tenía
ni idea de qué iba a decir. Por una vez en la vida, no sabía cómo
manejar una situación. No estaba acostumbrado a sentirse así. Y
también era una situación nueva para Demi. Al menos, estaba
seguro de una cosa: iba a obligarla a escucharlo.
Cuando llegó a casa de Demi, la encontró vacía. El coche de ella
no estaba. ¿Dónde estaría?
Joe buscó a Demi todo lo que pudo, hasta que se dio cuenta de
que necesitaba la ayuda de un profesional. Llamó a Nick a la
mañana siguiente, a las diez, desde su despacho. Se sentía
incapaz de quedarse quieto. Tampoco podía dejar de pensar en
Demi cuando habían estado haciendo el amor la noche anterior.
Nunca había creído que una mujer pudiera satisfacerlo en todos
los aspectos.
-Soy Joe.
-Hola. No tengo novedades sobre el incendio -dijo Nick.
Joe oyó el sonido de una radio al otro lado de la línea.
-No te llamo por eso. Necesito un favor.
-¿Otro? Se te están acumulando. Vas a estar en deuda conmigo.
-Sí, lo sé. Pero éste es importante.
-¿Qué necesitas?
Joe respiró hondo.
-Demi Thornton ha desaparecido y necesito que la encuentres.
-De acuerdo. ¿Has avisado a la policía?
-No. No creo que haya sido un secuestro. Sólo quiero encontrarla
porque no responde a mis llamadas.
Nick empezó a reírse.
-Tienes problemas de faldas.
-Sí, Nick, así es. Y esta mujer... tengo que encontrarla. Ella es
diferente a las demás.
-¿En serio?
-Sí.
-De acuerdo, te ayudaré. Dame su número de móvil.
Joe se lo dio.
-¿Has intentado hablar con sus amigos o su familia?
-Llamé a Taylor Huntington, su mejor amiga, pero me respondió el
contestador. Y sus padres no saben nada de ella.
Joe miró por la ventana de su despacho, preguntándose dónde
diablos estaría Demi. La necesitaba y ella no estaba allí. Iba a
reprenderla por hacerle sufrir en cuanto la tuviera entre sus
brazos, se dijo.
El amor debería significar que podían contar el uno con el otro.
Joe sabía que estaba dolida y que por eso se había ido, pero
necesitaba que regresara.
-Dame un poco de tiempo y volveré a llamarte.
-Gracias, Nick.
-De nada, hombre.
Nick colgó y Joe siguió dando vueltas dentro de su despacho
como un león enjaulado. Debería trabajar, se dijo. El trabajo
siempre había sido su consuelo para luchar contra las
complicaciones de la vida, pero, en esa ocasión, no era capaz de
concentrarse. Sólo podía pensar en Demi.
Joe la recordó como la había visto al regresar de Washington
D.C., con sus gafas de pasta y una ropa demasiado grande y poco
favorecedora. Luego, la recordó con minifalda y la blusa sin
mangas que había llevado el día anterior y se dio cuenta de que
Demi le había importado desde hacía mucho tiempo. Lo que había
pasado era que él no había prestado atención a sus propios
sentimientos.
Su teléfono sonó a media mañana. Era Nick.
-La he encontrado.
-Genial. Dime dónde está.
-Creo que necesitas un plan -replicó Nick-. ¿Qué vas a hacer
cuando la veas?
-Decirle que no puede volver a irse y que es mía.
-Es un plan horrible -opinó Nick-. Las mujeres adoran los
refinamientos. Quédate en tu despacho. Voy para allá.
Nick colgó antes de que Joe pudiera discutirlo. Zac entró
en su despacho diez minutos después.
-¿Qué estás haciendo? -preguntó Zac.
Joe no había dejado de dar vueltas en su despacho desde que
había colgado a Nick.
-Esperando a Nick. Ha encontrado a Demi, pero Nick cree...
Tiene razón, necesito un plan.
Joe sabía que sólo podía hacer una cosa. Amaba a Demi y
quería que fuera su esposa.
-Voy a decirle que nos casemos.
-Tiene sentido -dijo Zac, asintiendo-. Pero creo que, esta vez,
debes hacerlo bien. Demi te ha amado desde siempre.
-¿Cómo lo sabes?
-Todo el mundo lo sabe. Creo que tú eres la razón de que se
quedara con nosotros tantos años. Siempre has sido el hombre de
sus sueños -señaló Zac.
-¿Ah, sí? -replicó Joe. Debía haberlo sabido, se dijo. No era de
extrañar que Demi hubiera reaccionado así al conocer su compromiso con otra mujer-. Quiero que nuestro enlace esté a la altura de sus sueños.
-¿Tú sabes cuáles son sus sueños?
Joe no lo sabía. Pero sabía que a Demi le gustaban los gestos
románticos. Entonces, se le ocurrió una idea. Iba a pedirle que se
casara con él durante una cena en el comedor principal del Club
de Ganaderos de Texas. Podía encargar que adornaran la mesa
con velas y flores para que fuera lo más romántico posible.
Quería que Demi supiera, desde el momento en que entrara en el
comedor, que la amaba. Quería que ella sintiera que todos los
años que había pasado amándolo habían merecido la pena.
Porque para él, sin duda, habían valido la pena.
-¿Me haces un favor? -pidió Joe a su hermano.
-Otro favor más -dijo Nick desde la puerta-. Más te vale que no
te pidamos que nos los devuelvas todos juntos.
-Me alegro de que estés aquí, Nick -saludó Joe-. ¿Qué dices, Zac?
-Claro, si puedo ayudarte en algo.
-Genial. Esto es lo que necesito que hagas.
Joe les contó su plan a su hermano y a su mejor amigo,
sabiendo que ésa era la manera en que un hombre debía pedirle
a una mujer que se casara con él. Debía tener a sus amigos y a
su familia a su lado y no hacerlo a solas en una habitación de
hotel en una ciudad extraña.
Zac aceptó ir a buscar a Demi y llevarla al Club de Ganaderos de
Texas. Nick se ocupó de ir a buscar el anillo que Joe había
encargado en una joyería del centro. Y Joe se fue al club para
asegurarse de que todos los detalles estuvieran según los había
planeado cuando Demi llegara.

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