Una semana después, Joe aún no había tenido oportunidad de
hablar con Nessa, que había regresado a Washington D. C. Pero había conseguido que Demi siguiera siendo su secretaría por el
momento. Y la había llevado a cenar todas las noches. Y había
hecho el amor con ella también.
La investigación sobre el incendio iba muy lenta. Zac había
vuelto a Washington D.C. y Joe no había hablado con él desde
la fiesta del Cuatro de Julio. La refinería principal estaba arreglada
y lista para volver a funcionar. Tenían que seguir produciendo
barriles de petróleo a diario, si no querían que su empresa se
fuera al traste.
Joe marcó el número de Nick.
-Nick al habla.
-Hola, amigo, ¿qué noticias tienes de la refinería?
-No muchas. El experto en incendios provocados sigue
investigando el acelerador de combustión para descubrir quién lo
compró.
-¿Confías en él? -preguntó Joe-. ¿Es competente?
-Sí, creo que sí. Voy a llamar a su despacho más tarde. Te
informaré cuando tenga noticias.
-Gracias, Nick. Te agradezco que te ocupes de este caso.
-Para eso están los amigos, ¿no?
-Así es.
-Hablando de amigos... ¿qué es lo que he oído de tu compromiso
de boda?
Joe miró hacia la puerta abierta que daba al despacho de Demi.
Oyó cómo las manos de ella se movían sobre el teclado del
ordenador.
-Es complicado.
-Con las mujeres, siempre es complicado.
Joe se rió.
-Más de lo normal. No puedo decirte nada más hasta que no
hable con la dama en cuestión.
-Entiendo. De acuerdo.
-Gracias, Nick.
Joe colgó y Demi entró en su despacho.
-Logan necesita hablar contigo cinco minutos.
-¿Algo más? -preguntó Joe. Logan pasaba demasiado tiempo
en su despacho últimamente y él sabía que era para ver a Demi.
-Esto lo ha traído un mensajero. Dijo que era urgente -señaló
Demi, entregándole un sobre.
Joe posó la mano en la muñeca de ella. Sospechaba que el
sobre contenía la pulsera que le había encargado el día anterior.
Quería regalarle algo a Demi y, hasta que no hablara con Nessa, no
podía ser un anillo.
¿De veras quería casarse con Demi Thornton?, se dijo él,
sorprendido por sus propios pensamientos.
-Cierra la puerta, por favor.
-No. La gente pensará cosas si cerramos la puerta. Nunca la
hemos cerrado antes.
-Demi, pequeña... ¿qué estás pensando?
Ella se sonrojó y lo miró con gesto severo.
-Nada.
Demi se dio media vuelta para irse. El la detuvo y cerró la puerta,
dejándola atrapada.
-Date la vuelta.
Ella lo hizo, despacio.
-¿Tan difícil te parece?
Demi negó con la cabeza.
-Eres demasiado autoritario.
-Y a ti te gusta -dijo él, recordando cómo la noche anterior le
había ordenado que llegara al orgasmo mientras estaban
haciendo el amor y cómo ella lo había obedecido.
Demi se sonrojó.
-¿Qué querías?
«Todo», pensó él. Quería que sus ojos castaños le revelaran todos
los secretos que escondían.
-Creo que este sobre es para ti. Siéntate.
-Joe...
El señaló a su silla y la siguió hasta ella. Demi llevaba una falda
corta y una blusa sin mangas. Tenía el pelo suelto, cayéndole
sobre la espalda en mechones ondulados.
En vez de acostumbrarse a su aspecto, Joe encontraba en ella
cada día algo nuevo que lo atraía.
Se preguntó si aquella sensación desaparecería con el tiempo.
Pero, por alguna razón incomprensible, sabía que no sería así.
Demi tenía algo especial que no hacía más que enamorarlo más y
más cada día.
-¿Por qué me estás mirando así? -preguntó ella.
Joe se encogió de hombros.
-Sólo estaba pensando en lo guapa que eres.
-No lo soy.
-No es así como debes tomarte un cumplido.
Ella tragó saliva.
-Pero yo me miro al espejo todos los días, Joe.
El se acercó y se apoyó en la mesa. La agarró de los hombros e
hizo que lo mirara.
-Eres hermosa, Demi. No entiendo por qué no me había dado
cuenta antes, pero estás más bonita cada día.
-Gracias, Joe. Cuando estoy contigo, me siento como... como la
mujer que siempre había soñado ser.
-Me alegro -dijo él y tomó el sobre en las manos.
Joe comprobó la dirección del remitente. Era la pulsera que
había encargado. Abrió el sobre y sacó un pequeño saquito de la
joyería.
-Quería regalarte esto -dijo él.
Demi alargó la mano. Joe abrió el saquito y sacó el regalo,
depositándolo en la palma de la mano de ella.
La pulsera brilló. Ella se mordió el labio inferior y cerró la mano
alrededor de la joya.
-Gracias. Es preciosa. Pero ¿por qué me das esto?
-Quería que tuvieras una joya como regalo, algo que te haga
acordarte de mí cada vez que te la pongas.
La mirada de Demi le dijo todo lo que él necesitaba saber.
hay dios joe porque es tan hermoso amo esta nove ya te lo habia dicho ??? no jajaja ps ya lo sabes
ResponderEliminarwow Joe ya se esta enamorando de Demi síguela pronto
ResponderEliminarjoe se esta enamorandooooo
ResponderEliminarme encantooo
quiero saber que pasa con zac y
nessa