lunes, 30 de julio de 2012

A Great Love cap.8






Perplejo era en realidad como se había quedado Kevin. Mientras iba conduciendo camino del rancho, empezó a pensar.
La noche anterior no había dormido bien, recordando la expresión en el rostro de Danielle cuando se había marchado airada antes de que él y Nina abandonaran la fiesta. En realidad había usado aquello del folleto como una excusa para ir a verla, para comprobar si seguía dolida.
Lo que no había esperado de ningún modo era encontrarla tan indiferente a él, ni tan calmada y segura de sí mima. Lo cierto era que, después de haber pasado dos años siendo perseguido por ella y habiendo sido el objeto de sus flirteos, era realmente chocante que lo tratara como a un extraño.
Cuando llegó al rancho de su familia, aparcó el coche frente al porche, y entró en la casa con el ceño fruncido. Su madre debía haber salido, porque no estaba en el salón ni en la cocina. Sin
embargo, para sorpresa, se encontró a Joe en el estudio revisando los libros de cuentas.
— ¿Te preocupa algo? — inquirió este al verlo.
Kevin cerró la puerta del estudio tras de sí, decidido a confiarse a su hermano. Necesitaba a alguien que lo escuchase.
— Danielle es mi preocupación — le dijo
— Eso no es nada nuevo — contestó Joe— has estado quejándote de ella durante años.
Kevin frunció el ceño y se cruzó de brazos.
— No es eso, tú no lo entiendes. Está ignorándome.
Los intensos ojos de Joe lo escrutaron.
— Humm... ¿Una nueva táctica? 
Kevin se sentó en el borde del escritorio.
— Desde anoche no es la misma. Dice que se ha dado cuenta de que estaba haciéndome la vida imposible, ha renunciado a mí.
— ¿Y eso es malo? — inquirió Joe.
— Es el modo en que se comporta ahora lo que me preocupa — dijo Kevin quedamente—. Está demasiado tranquila.
— No te fijaste en la expresión de su rostro cuando apareciste con Nina, ¿verdad? — le respondió Joe. — Estaba destrozada.
Kevin maldijo entre dientes.
— Yo pensé que estaba haciendo lo correcto. No quería hacerle daño, solo quitármela de encima.
— Bueno, pues ya lo has conseguido. ¿Cuál es el problema ahora?
Kevin dejó escapar un pesado suspiro.
— Es que... nunca imaginé que pudiera sentirme tan mal por que me ignorara por completo.
— Vaya, esa es una confesión bastante sorprendente viniendo de ti.
— Supongo que sí — murmuró Kevin, bajando la vista incómodo a sus gastadas botas—. Pero sigo pensando que hice lo correcto. Ella es muy joven.
— Es lo que siempre has dicho — respondió Joe, encogiéndose de hombros— En fin, ¿qué puedo decir? Parece que al fin, Joe te ha escuchado.
— Sí, supongo que sí — dijo Kevin. Pero no parecía satisfecho.
— ¿Y qué me dices de Nina? Anoche me dio la impresión de que estaba bastante entusiasmada contigo ¿Vas a volver con ella? — le preguntó.
— No estoy interesado en Nina. Lo nuestro se terminó. La ayudé a abrirse camino en su profesión, y lo de anoche fue una especie de favor, a modo de agradecimiento.
— Entonces está ayudándote a mantener a Danielle a raya — murmuró Joe.
— Esa era la idea, pero según parece no era necesario, ya que Danielle ha dejado de perseguirme. Asegura que ha decidido dejarse de juegos adolescentes. ¿Es eso todo lo que era
para ella... un juego?
— Bueno, tal vez eras tú el que se lo estaba tomando demasiado en serio — sugirió Joe —, aunque a mí a veces me parecía que el flirteo de Danielle te divertía, por mucho que te quejaras de que te atosigaba.
Y tenía razón, porque Kevin no podía negar que en el fondo se sentía atraído por ella, pero el hecho de que ella apenas había dejado atrás la adolescencia, siempre hacía que renegara de
esos sentimientos.
—  Danielle es virgen — le dijo a su hermano—, estoy casi seguro, y yo ya pasé por una mala experiencia con una mujer inocente. No soy tan masoquista como para volver a repetir aquel error.
— Comprendo tus temores, Kevin — le respondió Joe—, pero Danielle no es Louisa. Además...
— Todo esto es ridículo — lo cortó Kevin, que ni siquiera estaba escuchándolo—, Danielle es demasiado joven para tener interés real en un hombre — le dijo.
Joe meneó la cabeza.
— Espero que tengas razón, porque si no, si en realidad le importabas, puedes haber matado ese amor, y pasar el resto de tu vida lamentándote — le advirtió.
Kevin frunció el ceño.
— ¡Ya te he dicho que ella misma me dijo que solo era un juego!
— ¿Acaso crees que iba a confesarte que se muere de amor por ti después de que te pavonearas anoche con una de tus antiguas conquistas en su propia casa?
Kevin se pasó una mano por el cabello, exasperado. De algún modo le parecía que Joe tenía razón en lo que le estaba diciendo, pero no podía aceptarlo, — Por el amor de Dios, Kevin, si tan solo le dieras una oportunidad a Danielle! — Gruñó Joe, atónito ante lo cerrado de mente que podía ser su hermano—. No está asustada de ti
como lo estaba Louisa.
— Por supuesto que no lo está... porque ni siquiera la he besado — replicó Kevin mirándolo fijamente—. ¡Louisa tampoco me tenía miedo hasta que intenté llevármela a la cama!
Joe le sostuvo la mirada.
— Bueno, ahí tienes la respuesta: quién nada arriesga, nada gana — lo aleccionó. Kevin resopló irritado.
— Aunque Danielle tuviera unos años más, jamás me atrevería a... ¿es que no lo entiendes? — exclamó arrojando los brazos al aire, y girándose hacia la ventana —. Aquella experiencia me dejó
marcado. Perdí el control y le hice daño a Louisa. Mi estatura y mi fuerza no son cosa de broma.
— Es cierto que eres muy alto, y fuerte como un toro — asintió Joe—, pero te has creado un complejo absurdo. Solo porque una  histérica te acusara de haberle roto las costillas...
— Bueno es verdad que le hice daño — murmuro Kevin, sintiéndose fatal.
— Se hizo daño ella sola — replicó Joe—, forcejeando contigo y cayéndose de la cama — le recordó Joe—. Apenas medía uno sesenta, era toda huesos, y para colmo resultó ser una virgen aterrorizada. Danielle en cambio es una chica alta, bien formada... es más tu tipo.
— Me da igual que sea mi tipo, ¡es una cría!
— Lo que tú digas — se rindió Joe, encogiéndose de hombros—. Probablemente acabará casándose con el honorable médico y tendrán diez hijos.
— Si es lo que quiere, por mí bien — dijo tozudamente Kevin. Y, sin embargo, al decirlo, le hervía la sangre solo de imaginarla en la cama con aquel petimetre. Se caló el sombrero hasta los ojos y salió del estudio.





hoy voi a subir dos capis de esta nove a peticion de mi qerida amiga Mari♥
va dedicado a ti amiga y a Mariiina qe tambien le esta nove 
y de paso estreno la nueva nove Niley
-besitos las Amo♥




2 comentarios:

  1. me encantoooo }
    voy por el siguienteee
    creo que los hermanos jonas
    kevin es el mas tercoooo

    ResponderEliminar
  2. y yoooo acá amándote con todo mi ser :)
    Joe, Kevin y su interesante conversación
    son de morir
    Amoo Kenielle, Miche
    Gracias mil
    :) Me haces feliz esta noche
    Que pena si no seguí la conversación al tiempo pero
    estaba por fuera y hablaba desde el celular
    pero al parecer no tenia buena recepción
    de mensajes de datos.

    ResponderEliminar