sábado, 14 de julio de 2012
Miley's Little Secret cap.3
Después de la iglesia, los Cyrus fueron a comer al restaurante
Denny's y Nick también apareció allí con Joe y Demi y se sentaron en la mesa de al lado.
Demi se inclinó hacia Miley y le sonrió.
—Hola, me alegro de verte.
—Hola.
Demi había ido tres cursos por delante de ella en el instituto y uno
por delante de Joe. Sonrió a Jerry.
—¿Es tu hijo?
—Sí. Este es Jerry.
Demi le estrechó la mano. Ella tenía una peluquería, era la alcaldesa de Tate's Junction y madre de mellizos, niño y niña.
Joe y Nick procedían, por el lado materno, de la familia más
importante de la zona. Los dos hermanos poseían al menos una parte de casi todos los negocios del pueblo, además de un
rancho llamado el Doble T que tenía una casa del tamaño de un palacio.
Demi, en cambio, había nacido en una caravana y procedía de dos
generaciones de madres solteras. Era la última persona con la que nadie habría pensado que se casaría Joe Miller.
Pero se habían casado el verano anterior y parecían muy felices
juntos. Miley se alegraba por ellos.
Aunque le hubiera gustado que no se sentaran en ese momento en la mesa de al lado.
¿Y por qué tenía que estar sentada enfrente de él? Le suponía un
esfuerzo no mirarlo todo el rato.
Demi preguntó por la boda y Hannah se lanzó a enumerar una larga lista de cosas que le quedaban por hacer, y que iban desde arreglos florales a las últimas pruebas de los vestidos de las damas de honor o cambios en el menú del club de campo donde pensaban invitar a cenar a trescientos comensales. Recordó a Demi que quería que ella la peinara ese día.
Mientras las mujeres hablaban de preparativos de boda, los hombres lo hacían de Cadillacs. Al parecer, Joe, que ya tenía unos cuantos, quería comprarle uno nuevo a Billy y Liam ofrecía su consejo de experto.
Nick guardaba silencio, al igual que Jerry y Miley, ajenos los tres a
los dos temas de conversación; se miraban pero estaban muy separados para iniciar una conversación propia.
La camarera les llevó la comida y Miley, aunque tenía el estómago
lleno de nudos, se alegró de tener algo que hacer que no fuera mirar los ojos marrones aterciopelados y el rostro atractivo de Nick.
Jerry dio un par de mordiscos a su hamburguesa con queso y la dejó
en el plato.
—¿Dónde está Elvis? —preguntó a Nick en voz tan alta que hizo
morir las conversaciones paralelas sobre la boda y los Cadillacs.
Billy se echó a reír.
—Elvis —frunció el ceño—. ¿Se refiere a ese perro tuyo tan feo,
Nick?
El interpelado asintió.
—Eso me temo. No es bien recibido en la iglesia ni en el restaurante —explicó al niño—. Aunque no sé por qué. Le gusta un buen sermón tanto como al que más.
—Porque sus modales en la mesa dejan mucho que desear —señaló
Joe.
—Me gusta mucho ese perro —Jerry miró a su madre con cautela.
—El chico quiere un perro —le dijo Billy a Miley, como si ésta no
hubiera captado ya la indirecta.
—Lo sé —repuso ella.
La respuesta le salió más seca de lo que era su intención, pero entre
el estado de nervios de tener a Nick enfrente y que su padre siempre conseguía que se sintiera como si no fuera buena madre…
Bueno, no estaba en su mejor momento.
Su padre habló con gentileza… y su reproche era evidente.
—Vamos, Miley; es bueno que un chico tenga un perro.
—Sí —asintió Jerry enseguida—. Tengo diez años, ya soy bastante
mayor. Y yo puedo ocuparme de todo, mamá. Le daré de comer y lo sacaré y limpiaré lo que ensucie. Tú no tienes que hacer nada.
Miley dejó el tenedor en su plato sin comer la patata que había
pinchado. Lanzó una mirada de advertencia a su padre.
—Jerry. Hablaremos de eso más tarde.
—Pero mamá, yo…
—Más tarde.
Jerry captó al fin el mensaje. Tomó su hamburguesa y empezó a
comer.
Hubo un momento de un incómodo silencio, pero pronto los hombres volvieron a su conversación de los coches y Hannah al tema de su boda.
—No puedo creer que ya esté encima. Faltan menos de dos semanas.
—Menos mal —comentó Billy, entrando un momento en la
conversación—. Mi chequera no puede soportar mucho más tiempo de esto.
Hannah se echó a reír.
—¡Oh, papá! Haré que te sientas muy orgulloso de mí.
—Ya lo has hecho, cariño. Siempre lo has hecho.
Miley miró su plato y comprendió que le sería imposible dar un
mordisco más. La conversación fluía a su alrededor… y ella no quería levantar la vista.
Pero no podía mirar su plato eternamente.
Levantó la mirada.
Y se encontró con los ojos de Nick.
Éste levantó la comisura de la boca en una media sonrisa que era al
mismo tiempo una pregunta. Miley le devolvió la sonrisa sin pensar. Aquello no era posible.
Y sin embargo, ocurría.
Nick Miller coqueteaba con ella.
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AAAWWWWW QUE EMCION! CUANDO NO NICK DE COQETO ;)
ResponderEliminarME ENCANTO MITCHIE ♥
SIGELLAAA ME ENCANTA :D
OH MY JONASSSSSS ASKAJSKASJK queria decir eso xD bueno, mee encanto pero como siempre me dejas con ganas de leer mas -.- besitos mitchie
ResponderEliminarEstuvo BUENISIMAAAAAA síguela, Nick coqueteando con Miley, que raro no? okno .__. Síguela y saludos! AMO esta nove really! =)
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