martes, 10 de julio de 2012

The Ex-Boyfriend Of His Sister cap.1






Dieciocho meses más tarde...
Demi Lovato llegó a la puerta del dormitorio de su hermana y miró a su alrededor. Sobre la cómoda, la pequeña televisión en color proyectaba las noticias de las once pero sin voz. Por todas partes había pañuelos de papel como flores de papel tristes y arrugadas, usados y tirados después en cualquier parte, formando dibujos sobre las sábanas rosas de satén. En el centro de la cama, rodeada por todos esos pañuelos, estaba Selena, tumbada boca abajo y sollozando inconsolablemente.
Su último novio, Drew Seeley, la había dejado y, como siempre, había llamado a Demi.
Lentamente, como si le doliese levantar la cabeza, Selena la miró y con un grito ahogado se puso de rodillas, con su preciosa mata de rizos negro enmarcándole el rostro y su camisón de seda resbalándole de un hombro.
-Demi... -gimió, secándose con un pañuelo ya usado. Demi se acercó con precaución-. Gracias por venir, por estar siempre ahí. Por ser la mejor hermana mayor del mundo. No sé qué haría sin ti -dijo, y con un gemido desconsolado, estiró los brazos hacia ella.
Demi se sentó en el borde de la cama y se dejó abrazar por la tristeza de su hermana y el aroma intenso de su perfume.
-Lo siento -volvió a hablar Selena después de un instante-. Siento ser una molestia, pero tenía que hablar con alguien; con alguien de la familia, ¿comprendes?
Demi asintió; era todo lo que debía hacer por el momento.
-Por qué yo? -gimió Selena-. ¿Qué es lo que me pasa? ¿Por qué todos los hombres con los que salgo terminan por dejarme? Lo único que quiero es lo que tienen mis dos hermanas pequeñas: un buen hombre. Una familia. Alguien que se ocupe de mí y de quién yo pueda ocuparme a cambio. ¿Es que es demasiado pedir? ¿Es irracional esperar una cosa así? ¿Lo es?
-No, claro que no.
-¡Claro que no! -Selena gimió con las últimas palabras de Demi-. Pero ese hombre no llega nunca. ¿Cuánto más tengo que esperar? Yo no soy como tú, Demi, feliz con pasear por el bosque con tus botas de trabajo y unos vaqueros viejos sin ningún hombre a la vista, viviendo en medio de ninguna parte, sola en un caserón hecho una ruina. Sólo soy una mujer. Una mujer normal y corriente. Quiero un hogar, con unas bonitas cortinas en las ventanas y un niño en camino.
Selena se rindió a un nuevo ataque de lágrimas, y Demi volvió a abrazarla, susurrándole palabras de consuelo; al final, Selena se calmó un poco y Demi le dijo las mismas cosas que le decía siempre:
-Eres demasiado buena para él... Estás mejor sin ese merluzo... Alguien muy especial aparecerá pronto...
Selena la escuchó apoyada en el hombro de su hermana.
-¿De verdad crees que aún puede llegar el hombre adecuado, Demi?
-Por supuesto que sí. Te lo prometo. Es sólo cuestión de que...
Pero Demi no terminó la frase porque Selena no la estaba escuchando. Estaba mirando boquiabierta la televisión.
-¡Dios santo! -exclamó en un susurro.
Demi miró la pantalla. Había uno de esos programas de entrevistas que ponen a altas horas de la noche y un periodista al que Demi no conocía estaba entrevistando a un tipo moreno y bastante atractivo vestido con vaqueros de diseño y botas de cocodrilo.
-¿Qué? ¿Qué pasa?
Selena se llevó la mano al pecho con uno de los pañuelos de papel viejos en la mano.
-Es Joe. Joe Jonas. Sube el volumen. ¡Demi, súbelo!
Como Demi no se moviera, Selena buscó frenética a su alrededor entre el montón de cojines hasta que encontró el mando a distancia con el que restableció el volumen.
-Y bien, Joe -estaba diciendo el entrevistador, que tenía un libro cuya portada era una estremecedora fotografía de una moto destrozada sobre una chaqueta de cuero. Al pie de la fotografía podía leerse la palabra Daredevil, impresa en letras que parecían estar ardiendo-. Háblanos del libro que has escrito.
-¡Venga ya! -exclamó Demi-. Joe Jonas no ha escrito un libro en toda su vida. No sé a quién pretende engañar.
-iSh! -la hizo callar su hermana, acercándose más a la pantalla-. Madre mía, está increíble... Ni siquiera se le ven huellas de ese horrible accidente de Las Vegas. Está como antes.
En la pantalla, Joe empezó a hablar.
-Bueno, si miras en la esquina inferior de la portada, verás que no lo he escrito yo -dijo, y le dio un ligero codazo al hombre delgado y silencioso que estaba sentado a su lado-. Ha sido Oliver. Él es el escritor.
-Entonces intervino Oliver.
-Pero la historia es verídica. La he escrito tal y como Joe me la contó a mí, desde sus inicios en el rodeo, pasando por los años de su trabajo como doble en el cine hasta los últimos años. No falta nada. Están todos y cada uno de sus saltos, incluyendo lo de esa docena de camiones en la autopista de Anaheim, y por supuesto, la historia llega a su clímax con la experiencia espectacular y que casi le costó la vida en Las Vegas, hace sólo un año y medio.
Demi se volvió a mirar a su hermana. La expresión de Selena era soñadora mientras contemplaba boquiabierta a Joe Jonas.
Drew Seeley parecía no haber existido.
-Joe  ha resultado ser un hombre muy atractivo, ¿verdad, Demi?
Demi ni siquiera se molestó en mirar hacia la pantalla.
-Claro -dijo, tal y como se esperaba que dijera.
-¿Y qué le espera ahora a Joe Jonas? -preguntó el entrevistador del programa.
-La verdad es que no estoy seguro.
-¿En serio?
-Sí. Lo único que sé con seguridad es que las cosas van a ser distintas para mí a partir de ahora. Creo que lo que necesito es un cambio de escenario, pasar un tiempo alejado de todo esto para decidir qué voy a hacer a partir de ahora.
Demi escuchó sólo a medias lo que siguió diciendo mientras se ocupaba de recoger los pañuelos usados y echarlos en la papelera.
Por fin Selena volvió a quitarle el sonido a la televisión y suspiró.
-Desde luego le ha ido de maravilla, ¿verdad Demi?
-Desde luego.
-¿has oído lo que ha dicho de que no sabe qué va a hacer a partir de ahora y que necesita alejarse de todo durante un tiempo?
-Sí, lo he oído.
Los ojos color esmeralda de Selena brillaban de emoción.
-¿Te imaginas que volviera?
Demi no podía imaginarse tal cosa. Tal y como ella lo veía, una celebridad mundial como Joe Jonas no tendría razón ninguna por la que desear volver al pueblecito montañoso donde había nacido.
-Bueno, ¿te lo imaginas o no?
-Pues no, la verdad.
Selena frunció el ceño. La respuesta de Demi no había sido la que ella esperaba, pero enseguida volvió a ilusionarse.
-Si lo hiciera, tú serías la primera en saberlo, ¿verdad? Al fin y al cabo, eres tú quien se ocupa de su casa.
Demi cogió otros pocos pañuelos y los tiró uno a uno a la papelera, consiguiendo una serie de encestes perfectos.
-Selena, Joe no ha vuelto a venir por aquí ni una sola vez desde que yo me ocupo de su casa. Se limita a alquilarla a través de la agencia que me contrató a mí para su mantenimiento. Para él no es más que una inversión.
-Ya lo sé, pero aun así... Es una casa muy bonita, y si quiere tomarse algún tiempo para pensar, sería el sitio ideal donde hacerlo.
Demi cogió la mano de su hermana con firmeza.
-Oye -dijo, apoyando su frente contra la de Selena-, ¿me harás el favor de olvidarte de Joe Jonas y pensar en ti misma? ¿Te encuentras mejor?
Selena se soltó para manosear el pañuelo que tenía en la mano.
-Supongo que quieres volver a casa y meterte en la cama, ¿verdad?
-Estaría mintiendo si dijera que no, pero si lo necesitas me quedo contigo.
-No. De verdad. Ver a Joe me ha levantado el ánimo.
-Bien -contestó Demi, y la besó en la mejilla. Selena hizo un esfuerzo por sonreír. -Gracias otra vez.
Demi se puso de pie.
-Si me necesitas, estaré en casa.
-Lo sé.




aki el primer capi
esto ya empieza a tomar rumbo jaja


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