sábado, 14 de julio de 2012

A New Woman cap.19




Demi estaba horrorizada de que hubiera alguien esperando en la
puerta, mientras Joe y ella estaban desnudos.
-Shh. Yo me encargo. Vete a la esquina y vístete -dijo Joe.
-No puedo creer que haya hecho esto. ¡Y ahora nos han
descubierto! Mi madre siempre dijo que, si me portaba mal, Dios
me castigaría.
Joe quiso reírse, pero se contuvo. Su madre le había dicho lo
mismo en una ocasión. Parecía ser algo que decían todas las
madres. Y él había hecho suficientes travesuras en su vida como
para saber que Dios no tenía nada que ver con ello.
-Joe, ¿estás ahí?
-Un momento -repuso Joe. Se puso los pantalones a toda prisa
y se los abrochó.
Joe agarró su camisa del suelo y se la puso también. No iba a
abrir la puerta medio desnudo, sería muy embarazoso para Demi,
pensó. Ella estaba poniéndose la ropa con manos temblorosas y
él tuvo grandes deseos de volver a tenerla entre sus brazos.
-¿Qué necesitas, Stan?
-Lo siento, señor, pero ha venido a verle el señor Martin, del
grupo de investigación del incendio. No está en la lista de acceso
permitido, así que no podíamos dejarle entrar. Y usted no
respondía el teléfono, pero seguía en el edificio según los
registros de salidas...
-No hay problema, Stan. Dile al señor Martin que tome asiento y
que dentro de unos minutos me reuniré con él.
-Sí, señor.
Joe cerró la puerta y se giró. Demi estaba vestida por completo.
Se estaba abrazando a sí misma y lo miraba con los ojos abiertos
de par en par. Parecía avergonzada y asustada.
-¿Podemos dejar la cena para más tarde?
-Sí -dijo ella-. Voy a lavarme en el baño y luego...
Joe colocó un dedo sobre los labios de ella, para interrumpirla.
-¿Por qué no te vas a casa, cariño? -sugirió él-. Yo me pasaré por
allí cuando haya terminado con esto. 
Demi negó con la cabeza.
-Creo que esta noche necesito estar sola.
-¿Por qué?
-Porque necesito reflexionar sobre lo que ha pasado. Te parece
una tontería, ¿no?
-No.
-Bien. Porque quiero entender lo que está pasando. Una cosa es
que cambiara mi imagen, pero otra muy diferente es cambiar mis
valores...
-Hacer el amor con el hombre con quien sales no es cambiar tus
valores.
-Sí lo es, Joe. No me vería en esta situación con ningún otro
hombre.
-¿Por qué no?
-Porque es a ti a quien amo -confesó Demi y se dio media vuelta
para marcharse.
-Espera un momento, Demi.
Demi se detuvo, pero no se volvió. Joe quiso poder mandar a
Martin al diablo y quedarse con ella hasta que terminaran esa
conversación.
Sin embargo, la refinería era su prioridad en ese momento. Joe
se sintió dividido. Por primera vez desde que se había hecho
cargo de Petróleos Brody, una mujer estaba interponiéndose
entre él y sus responsabilidades.
-Ahora no, Joe.
-¿Me amas?
-Sí -admitió ella-. Y tengo que decidir si sigo queriendo tener una
aventura con mi jefe. Porque cuando Stan llamó a la puerta, me
avergoncé del amor que siento por ti y eso no me parece bien.
-No deberías avergonzarte. Stan no sabe que tú estabas aquí ni lo
que estábamos haciendo.
-Pero yo sí lo sé. Y eso es lo que me parece mal. No quiero
avergonzarme por nada que hagamos. No me había pasado antes
pero, de pronto...
Joe lo comprendió. Se dio cuenta de que necesitaba convertir
su relación en algo más permanente. Sin embargo, no podía
hacerlo hasta que no rompiera su compromiso con Nessa. Había
esperado hacerlo cara a cara, pero también podría servir una
llamada de teléfono, pensó.
Joe la rodeó con sus brazos, negándose a dejarla marchar.
-Demi, yo no te escondo ni me avergüenzo de ti.
-Lo sé, Joe. Pero yo sí me he estado escondiendo. Sé que la
mitad de los empleados saben que siempre he estado enamorada
de ti v ahora... bueno, ahora parece que tú sólo me haces caso
desde que soy... sexy.
Joe se sintió orgulloso de Demi porque reconociera que era
sexy. Era un avance para ella.
-Bueno, eres sexy. Pero no se trata de eso. Escucha, tengo que
aclarar las cosas con Nessa. Entonces, tú y yo podremos...
-¿Qué tienes que aclarar con ella?
-Todavía no he tenido oportunidad de hablar con ella. Pero
enseguida lo haré.
-¿Seguís prometidos?
-No a mis ojos.
Demi se apartó y puso los brazos enjarras.
-A los ojos de cualquiera... ¿seguís prometidos?
Joe bajó la cabeza. La noche no estaba vendo como él había
previsto, en absoluto. Sin embargo, nunca había mentido a Demi y
no quiso empezar a hacerlo en ese momento.
-Sí, seguimos prometidos.
A Demi le temblaron los labios y se quedó pálida.
-No puedo creerlo. Soy una idiota. Demi se dio media vuelta y
Joe la detuvo de nuevo.
-No lo eres. Todo lo que te he dicho era cierto.
-¿De veras? ¡Para ti sólo soy tu concubina! ¿Es eso lo que tenías
pensado?
-No.
El teléfono de Joe comenzó a sonar y supo que debía
responder. «Maldición», pensó.
-Esta conversación no ha terminado, Demi.
-Sí, Joe. Todo ha terminado.

1 comentario:

  1. aaaaaaaaaaaaaa no lo dejes asi siguela plisss dios esta nove me esta matando

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