Miley despertó mucho antes de amanecer y oyó la respiración de Nick mientras analizaba la decisión que tenía que tomar. Había dicho que la amaba, pero no podía decidirse a creerlo.
¿Cuántas veces habría declarado su amor por una chica, seguro de que esa vez era la verdadera? Y si ella creía sus palabras, estaría perdida, atrapada en una fantasía que quizá nunca se hiciera realidad.
Saltó de la cama, con cuidado de no despertarlo, y fue a su cuarto a guardar sus cosas.
Intentó reprimir las lágrimas. Todavía le quedaban los amigos y la familia. Podía quedarse con Demi y Joe o ir a su casa y darle la mala noticia a su madre. De un modo u otro, tendría que hacer planes para el futuro, un comienzo nuevo, tal vez en otra ciudad.
El tiempo no había disminuido sus sentimientos por Nick; quizá la distancia lo lograra.
-¿Miley?
Se volvió y lo vio ataviado sólo con los calzoncillos y el pecho desnudo.
-¿Qué haces? -preguntó adormilado.
-Guardo mis cosas -repuso ella, con voz temblorosa-. Tengo que irme.
Nick entró más en la estancia. Apretó los puños a los costados, como si quisiera controlarse para no tocarla.
-¿Vacaciones? -preguntó. Levantó una mano para parar su respuesta-. No, no importa.
Supongo que tenía que haberlo adivinado.
-¿A qué te refieres?
Nick soltó una risa tensa y movió la cabeza.
-Desde que llegaste has tenido un pie en la puerta. Da la impresión de que cada vez que avanzamos un paso uno hacia el otro, tú recorres dos en dirección a la puerta.
-No puedo seguir aquí. Es demasiado confuso. No sé quién soy ni lo que siento. No sé si me quedo porque quiero o porque me han obligado.
-Yo no te he obligado nunca.
-No me diste alternativa. Es lo mismo.
-Podrías haberte negado.
-¿Para que me llevaras a los tribunales? Cuando vine, no me quedaba nada. Mi negocio fracasaba, no podía pagar el alquiler, el coche estaba averiado y no tenía dinero para arreglarlo. Me pareció un buen lugar para esperar a que se animara el trabajo en primavera.
Nick apretó los labios.
-O sea que me has utilizado.
-No más que tú a mí. No olvides que viniste en mi busca porque necesitabas una esposa para que tu padre te dejara la empresa.
-Puede que nuestros motivos no fueran los mejores del mundo, pero las cosas han cambiado, ¿no lo ves?
-No. Empezamos mal y todo lo que ha pasado después sigue mal.
-Vamos, Miley -dijo él con tono de enfado-. Anoche te sentía mi lado y no fingías. Tú eres ésa, la mujer que me sedujo. ¿Qué narices ha cambiado desde anoche?
-Nada. Y todo.
-¿Puedes ser más específica?
-Dijiste que me amabas -gritó ella con tono acusador.
-¿Y eso es malo?
-¿A cuántas mujeres les has dicho eso y las has dejado una semana más tarde? Te conozco demasiado bien.
-A ninguna.
-¿A ninguna? ¿Cómo que a ninguna?
-Nunca le he dicho eso a ninguna otra mujer. Tú eres la primera y puede que seas la última.
-No me mientas. Yo te oía hablar de todas ellas, todas eran perfectas hasta que cambiabas de idea. O tenían el pelo muy rizado o muy liso, o los pies grandes o eran muy conservadoras o demasiado rebeldes. ¿Qué va a ser en mi caso?
-Admito que ha habido muchas mujeres en mi vida. No puedo cambiar el pasado, pero sí controlar el futuro, y te quiero.
Ella enderezó la espalda.
-No te creo. Puede que ahora pienses que me amas, pero no durará.
Nick se acercó y le agarró los brazos.
-No me digas a mí lo que siento ni me digas lo que va a durar. ¡Maldita sea! ¿Qué quieres de mí?
-Quiero más -gimió ella. Se apartó-. No sé lo que quiero, pero no quiero sentirme obligada a vivir aquí porque no puedo pagar un abogado. No quiero saber que sólo quieres casarte conmigo por tu padre. Quiero más.
Nick se sentó en la cama y se frotó los ojos.
-Lo quieres a él, ¿verdad? Prefieres vivir en un mundo de fantasía con un hombre que nunca vas a tener, que llevar una vida real conmigo.
-Tú no sabes nada de él -murmuró ella-. Sólo quiero más de una relación de lo que tú puedes darme. Quiero saber que no me harán daño ni me decepcionarán. Prometí quedarme tres meses y no he durado ni uno, pero sé lo que siento y más tiempo no me va a hacer cambiar de idea.
Nick asintió con resignación.
-Entiendo. Tú tienes tu vida y yo la mía. Y ese contrato se firmó hace mucho -se frotó el cuello-. ¿Sin rencores?
-Sin rencores -musitó ella, atónita por su cambio de humor. Era lo que él hacía siempre que terminaba una relación: retirar sus afectos con frialdad y adoptar una fachada de indiferencia.
-¿Adónde irás? -preguntó él.
Miley se encogió de hombros.
-No lo sé. Demi me ofreció su sofá. O puedo ir a casa de mis padres. Da igual.
Nick se levantó de la cama.
-Quiero que me llames si necesitas algo. Quiero que seamos amigos.
-Tal y como empezamos -se puso de puntillas y lo besó en la mejilla-. Adiós, Nick.
Tomó la bolsa y salió de la habitación sin molestarse en guardar el resto de sus cosas.
Después de todo, lo que de verdad tenía que salvar al alejarse era su corazón.
Lo deje en una cosa triste y me acorde de Goodbye la cancion de Miley :(
comenten mucho las qiero♥ mil
oooowwww mi dios llore :(
ResponderEliminartan lindo pobrecito ....
como lo dije lo amo en esta nove :3
mitchie amigaaaaaaaaaaaa
me encanto estuvo muy triste pero lindo
sigelaaaaaaaa por fis ]
esta realmente hermosa :D
tq♥ byeeee
me encantoo
ResponderEliminarpero que pasa con nick
no que la ama
que luche por ella