domingo, 9 de septiembre de 2012

White Lies cap.18




–¿Qué es eso de que te rajaron las ruedas anoche?
Miley levantó la vista y vio a Nick parado ante la puerta del despacho. La noticia había corrido como la espuma. Los empleados del turno de noche se lo debían de haber contado a los del turno de día. Ella había imaginado que Nick se enteraría antes o después. Preferiría que hubiera sido en otro momento, pues lo cierto era que no tenía ningunas ganas de hablar de ello.
–Estoy segura de que ya sabes toda la historia, Nick, no estoy de humor para contártelo.
–Hazme ese favor –pidió Nick y entró en su despacho, cerrando la puerta tras él.
Miley observó sus rasgos. Había algo distinto en sus ojos. Tenían la misma oscuridad de siempre, pero a eso se añadía una expresión de dureza que no había visto en él desde el primer día que se lo había encontrado en el centro de acogida. Además, Nick tenía los labios apretados. Esos labios que, cada vez que los miraba, le recordaban los placeres que él le había proporcionado una noche hacía siete años.
–Te escucho –insistió él.
Miley parpadeó. Mientras ella lo había estado mirando, probablemente con gesto de mujer sexualmente desesperada, Nick se había sentado frente al escritorio.
Miley se recostó en su silla, intentando relajarse bajo el atento escrutinio de él, aunque era difícil.
–Seguro que ya has oído toda la historia tal y como fue –comenzó a decir ella–. Barney me acompañó al coche como lleva haciendo desde el incidente con Samuel Green y se dio cuenta de que me habían rajado las ruedas. Volvimos dentro, llamamos a la policía para denunciarlo y él escribió el informe. Fin de la historia.
–No lo creo.
Miley percibió rabia en su tono de voz. Nick estaba enojado, no había duda. Sabía que esa rabia no era contra ella sino contra quien le había rajado las ruedas del coche. Teniendo en cuenta el mal humor de Nick, aquello era un alivio, pensó.
–Quiero averiguar quién lo hizo –continuó él en el mismo tono de voz–. ¿Qué ha dicho la policía?
Miley se encogió de hombros.
–No mucho. Les habría gustado tener una lista de las mujeres que residen aquí para investigar los nombres de sus maridos y novios pero, a causa de nuestra política de confidencialidad, no hemos podido facilitársela. Esta mañana he llamado al Club de Ganaderos para ver si podían enviarnos esta noche dos guardas de seguridad en vez de uno.
–Creí que había dos guardas desde lo que pasó con Samuel Green.
–Así fue durante dos días, hasta que retiraron al segundo guarda. Parece ser que el club pensó que sólo era necesario uno. Por eso les he llamado, para ver si podían reconsiderar su decisión, pues los empleados del centro están empezando a ponerse nerviosos. Sin embargo, el hombre con el que hablé en el club me dijo que no pensaban contratar a un guarda adicional.
–¿Con quién hablaste?
–Pedí hablar con Kevin Novak, pero me pusieron con un anciano caballero llamado Sebastian Huntington –explicó Miley y vio cómo Nick apretaba la mandíbula al escuchar el nombre–. ¿Lo conoces?
–Sí, lo conozco.
Miley percibió en él un tono de disgusto y tensión.
–No fue muy amable –añadió ella–. No se parece en nada al señor Novak.
Nick no dijo nada pero, por el modo en que la miró, Miley supo que estaba sopesando la información.
–¿Algo más?
Miley negó con la cabeza.
–No, nada más, aparte del pedazo de papel que había encontrado en mi parabrisas. También se lo mencioné a la policía anoche.
Nick levantó una ceja, en actitud de alerta.
–¿Qué papel?
–La semana pasada, una noche, alguien me puso una nota debajo del limpiaparabrisas. Barney me había acompañado al coche, agarró la nota y me la dio, pensando que sería publicidad. Hasta que detuve el coche en un semáforo en rojo, no me di cuenta de lo que decía la nota.
–¿Y qué decía? –inquirió él, inclinándose hacia delante para acercarse más.
Miley tragó saliva al recordar las palabras exactas que había escritas en el papel.
–Decía: «Yo me ocupo de lo que es mío».


En cuanto salió del despacho de Miley, Nick fue como una bala a una sala de reuniones vacía y llamó a Kevin. Su amigo respondió enseguida.
–Kevin al habla.
–Kev, ¿sabías que Huntington ha reducido el número de guardas de seguridad en Helping Hands?
–No.
Furioso, Nick puso al corriente a Kevin sobre el incidente de la noche anterior.
–Huntington no tiene derecho a tomar esa clase de decisiones sin hablarlo con el comité primero, y yo soy parte del comité –señaló Kevin.
–Ese hombre lleva tanto tiempo en el club que creo que piensa que le pertenece, por eso siempre pasa por alto cualquier cosa que tengan que decir los miembros más jóvenes –observó Nick.
–¿Y cómo está Miley Martindale?
–Un poco conmocionada, aunque intenta ocultarlo. El resto de los empleados están nerviosos. Primero Green rompe la puerta y ahora lo de las ruedas rajadas… No da muy buena espina. Se han denunciado casos de venganza en varias ciudades del país y ellos lo saben. Tenemos que asegurarnos de que se sientan protegidos.
Nick intentó convencerse de que su preocupación por Miley no era distinta de la preocupación que sentiría por cualquier otra mujer con la que había salido en el pasado, pero en el fondo sabía que no era cierto. Incluso estaba dispuesto a admitir que la echaba de menos cada vez que él no estaba en Helping Hands.
A Nick no le gustaba albergar esos sentimientos hacia ella. Una forma de evitarlo era mantener las distancias pero, si lo hacía, no podría llevar a cabo su plan ni pagarle con la misma moneda, haciéndole sufrir como ella había hecho con él. Para conseguirlo, tenía que asegurarse de no perder perspectiva, pensó.
–Estoy completamente de acuerdo –dijo Kevin, sacando a Nick de sus pensamientos–. Yo mismo me enfrentaré con Huntington, si tengo que hacerlo. Voy a convocar una reunión extraordinaria de la junta directiva.
Momentos después, Nick colgó el teléfono sintiéndose mucho mejor que antes de llamar a Kevin. Suponía que a su amigo tampoco le gustaría la decisión dictatorial que Huntington había tomado respecto a la seguridad del centro de acogida. Ese Huntington siempre estaba intentando demostrar su poder y ejerciendo una autoridad que realmente no tenía. Pero, al saber que Kevin iba a encargarse ello, se relajó un poco.
Miró el reloj. Tenía que irse enseguida para ocuparse de algo relacionado con el incendio de la refinería. Tenía que hablar con varios tipos que no habían estado en el trabajo el último día que había interrogado a los empleados. Pero tenía la intención de regresar al centro de acogida antes de que Miley saliera para comer. Le preocupaba pensar que ella fuera caminando sola a ninguna parte.
A partir de ese momento, se aseguraría de que estuviera protegida, se dijo. Costara lo que costara.


Hola niñas 
tenia rato sin subir pero aqi les dejo estas dos noves 
dedicados a Mayi, Mariina, Male y Mari♥, etc 
las qiero remucho niñas gracias por su comprencion
PD. mañana subo las otras dos nove Niley 
ahora subo la Jemi :* besiiitos!!♥

2 comentarios:

  1. wow me encantooo
    el tres capiiis
    nick se va dar cuentaa
    de lo que pasa pobre miley lo que le esperaaa...
    pdtt; siguelaa y tambien te considero una amigaaa tkmm niñaa

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  2. Por favor, que no sea Liam, que no sea Liam, que no sea Liam!!!
    Dios, me mata la intriga Mitchie
    muerooooooooooooo
    moríííííííííííííííííííííííííííívv

    Sigo con Jemi :)
    TE QUIERO MUCHO!

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