lunes, 10 de septiembre de 2012

I Don't Want To Love You Cap.7


Miley paseaba por el cuarto de estar, intentando no mirar la prueba de embarazo sobre la mesita de café.
–Aún no –dijo Demi.
–¿Por qué tarda tanto? Estaba deseando saberlo. Las últimas semanas habían sido estresantes, con Nick preguntándole cada día si sabía algo. La última vez que preguntó había estado a punto de decirle que la dejase en paz.
Y tal vez había entendido la poco sutil indirecta porque no había vuelto a llamarla en un par de días.
Pero lo importante era que se mostraba preocupado. Parecía convencido de que su misión era llamarla frecuentemente para ver si estaba bien.
Aunque eso la estaba volviendo loca.
–Solo han pasado dos minutos –dijo Miley–. Y no vale de nada mirarlo fijamente, eso no hará que vaya más deprisa.
Miley se dejó caer sobre el sofá.
–Tienes razón, me estoy volviendo loca. Pero es que lo intuyo, estoy embarazada. Y no me digas que estoy imaginando los síntomas, te digo que me siento diferente. Mis pechos son más grandes, me mareo por las mañanas. Me molestan muchos olores… las magdalenas, por ejemplo. ¿Quién siente náuseas por el olor de las magdalenas? 
Demi sonrió.
–No creo que estés imaginando nada, cariño. Vamos a esperar los resultados y luego hablaremos, ¿de acuerdo? 
Miley cerró los ojos. Las últimas semanas habían sido una tortura.
Había cambiado de opinión un día sí y otro no. Un día pensaba que tener un hijo sería genial y al día siguiente que era una locura.
Y, además, se sentía como una tonta. Ella no era una adolescente atolondrada que tenía relaciones sin preservativo. Siempre había tenido cuidado. ¡Siempre!
Nunca se había considerado a sí misma anticuada, pero preferiría tener un hijo dentro del matrimonio o al menos en una relación consolidada.
–Bueno, ya puedes mirar.
Las dos miraban la varita sobre la mesa de café como si fuera un bicho repugnante al que no quisieran acercarse.
–Mira tú, yo no puedo –dijo Miley.
Demi le apretó la mano.
–Recuerda que sea lo que sea, está bien. No va a pasar nada, te lo prometo.
Ella asintió, cerrando los ojos para no ver su reacción.
–Abre los ojos, Miles.
Cuando lo hizo, vio que su amiga la miraba con expresión solemne.
–¿Estoy embarazada? 
–Según esta prueba, lo estás.
Miley tomó la varita para comprobar el resultado por sí misma y parpadeó rápidamente para centrar la mirada.
Y allí estaba, un enorme punto rosa que decía claramente: sí, estás
embarazada.
–Dios mío… 
–No vas a desmayarte, ¿verdad? 
Miley intentó negar con la cabeza, pero no podía moverse. Era como si estuviera teniendo una experiencia extra corpórea. Todo parecía ocurrir a cámara lenta.
Embarazada.
De Nick.
El que no quería saber nada de relaciones ni compromisos.
El que no llamaba al día siguiente.
–¿Qué voy a hacer? –murmuró–. A Nick le va a dar algo. Me dijo que él no quería saber nada de compromisos, que solo era sexo, bla, bla, bla. Y un bebé es un compromiso muy grande.
–Espera unos días antes de hablar con él –le aconsejó su amiga.
–Tengo que hablar con él ahora mismo.
–Miles, estás alterada. Lo último que necesitas ahora mismo es discutir con Nick .
–Aparte de mí, es a él a quien más le afecta esta situación y tiene que saberlo para… para que pueda actuar en consecuencia. Además, lleva semanas llamándome. No tiene sentido esperar.
Demi suspiró.
–No quiero que hagas nada de manera impulsiva.
Yo sé que Demi puede ser muy persuasivo cuando quiere… no, más que eso.
Nick puede ser implacable.
–No te preocupes, no me da miedo. Esto es tanto su problema como el mío y no quiero pasarme una semana angustiada por el futuro. Si yo voy a sufrir, él también.
Demi soltó una risita.
–Creo que acabas de convencerme.
–Si pretende decirme lo que debo hacer no tendrá que preocuparse por concebir más hijos, te lo aseguro.
Su amiga rio de nuevo, abrazándola.
–Todo va a salir bien, Miles. Estaremos embarazadas a la vez, al menos durante unos meses. Joe y yo haremos todo lo que esté en nuestra mano para ayudarte y, además, tienes a Emily, Selena y Taylor. Y a mi madre. Cuando sepa que estás embarazada, te envolverá entre algodones y no podrás respirar.
–Adoro a tu madre.
–Y ella a ti.
Miley suspiró mientras se levantaba del sofá.
–Tengo que hacer esto antes de perder el valor.
–Muy bien, ponte el abrigo. Le diré al chófer que te lleve a la oficina de Nick y luego me iré a casa.
–Gracias por todo, Dems. Por apretar mi mano y por estar conmigo en este momento.
Demi la abrazo de nuevo.
–Creo recordar que tú hiciste lo mismo por mí hace poco.


No hay comentarios:

Publicar un comentario