Aquella tarde, él había observado a Miley con los niños. La había oído reír. Había visto como los críos respondían a sus bromas. Y le había gustado.
—¿Por qué será? —preguntó Miley.
—No lo sé —contestó el—. Quizá… —Nick volvió la cabeza para mirarla—. Quizá es que lo vemos con otros ojos. Quizá nos estamos dando cuenta de que todo tiene más caras de las que estamos acostumbrados a ver.
Miley levantó la mirada para encontrarse con la del hombre y Nick se quedó sin aliento frente a sus ojos azules. Aquel viaje, aquel tiempo que estaban pasando juntos le había mostrado a una Miley diferente de la que conocía. De la que esperaba. Levantando una mano, Nick apartó el pelo de
su cara y el roce hizo que los ojos de ella se oscurecieran. Miley sentía lo mismo que él.
Había algo entre ellos, una corriente eléctrica, cada vez que se tocaban.
¿Por qué aquella urgencia de estar con ella?, se preguntaba. ¿Cómo era posible que un par de días en compañía de aquella mujer le hubieran hecho empezar a replantearse su vida?
—Miley…
Ella le puso un dedo sobre los labios, en una muda petición de silencio. Después, se dejó caer sobre su pecho y él la envolvió en sus brazos, apretándola contra sí. Con el corazón acelerado, Nick dejó de pensar y se dejó llevar por los sentimientos que Miley despertaba.
Cuando ella levantó la cara y le ofreció sus labios entreabiertos, Nick emitió un gemido ronco y la apretó con más fuerza, acercándola a él tanto como era posible. Abriendo los labios femeninos con la lengua, se entregó
al calor con el que llevaba días soñando. Ella gimió ante la dulce invasión y rodeó el cuello del hombre con sus brazos.
Sus lenguas se mezclaban en un baile de frenético deseo. Respiraban el mismo aire y el pecho de ella se aplastaba contra el torso del hombre.
Cuando ella empezó a mover las caderas hacia él, instintivamente, Nick separó sus labios para tomar aire.
—Nick —murmuró ella. Pero su voz se perdía con el viento.
—Te necesito, Miley —susurró él, mirándose en aquellos ojos azules que brillaban con la misma pasión que los suyos. La necesitaba más de lo que había necesitado nunca a una mujer.
—Sí —susurró ella roncamente—. Por favor.
El ruido de un trueno cruzó el aire. Los envolvía un viento helado y el mar se acercaba cada vez más a sus pies.
La marea había subido.
Nick estaba corriendo las cortinas. El rugir del océano quedaba reducido a un sonido ahogado que reverberaba como el latido de un corazón.
Después, se dio la vuelta y tomó a Miley en sus brazos.
—Aún puedes cambiar de opinión —susurró, rezando para que no lo hiciera.
—No voy a hacerlo —dijo ella, tomando su cara entre las manos. Sus labios se encontraron en un beso que le llegaba al alma y Nick supo que no había vuelta atrás. Ocurriera lo que ocurriera al día siguiente, tendrían aquella noche. Aquella noche para la que parecían destinados
desde que la había visto en la puerta de su casa.
Deseoso de tocarla, de explorar el cuerpo que había atormentado sus sueños, sus manos se deslizaron por debajo del jersey.
—Eres… tan suave —susurró.
Ella tragó aire y entreabrió los labios, buscando otro beso. Él obedeció su mudo deseo y después, con un rápido movimiento, le quitó el jersey por encima de la cabeza, exponiendo su piel bronceada y un diminuto sujetador de encaje.
Miley se ruborizó. Sus ojos brillaban y respiraba con dificultad. Nick sostuvo su mirada mientras desabrochaba la prenda interior para admirar sus pechos. Ella se humedeció los labios y la visión de su lengua encendió nuevos fuegos en su interior.
—Miley… —los latidos de su corazón se desbocaron cuando ella sonrió mientras se quitaba la prenda de encaje, dejando que se deslizara por sus brazos hasta caer al suelo. No tenía marcas, pensaba él tontamente. La imagen mental de Miley tomando el sol desnuda hacía que la fuerza de su deseo creciera hasta niveles peligrosos—. Perfecta — susurró, mientras acariciaba sus rosados pezones con los pulgares que, instantáneamente, se endurecieron.
—Nick —suspiró ella—. Se me están doblando las rodillas.
Él sonrió para sí mismo. Sus propias rodillas no parecían capaces de sujetarlo. Suavemente, la tumbó en la cama e, inclinándose, empezó a jugar con sus pezones, tomándose su tiempo para gozar de la suave piel femenina.
Miley arqueaba la espalda, ofreciéndose en silencio. Y él la aceptaba con avaricia, torturándola deliberadamente con los labios, con la lengua, con los dientes. Su propio cuerpo se despertaba con cada gemido, amenazando con hacerle perder el control.
Nunca había deseado a una mujer como deseaba a Miley.
Un segundo después, se apartó.
—¿Por qué te paras? —suspiró ella.
—Cielo, acabamos de empezar —susurró él, intentando mostrarse calmado. Pero su corazón se había lanzado a una carrera desenfrenada.
Rápidamente se desnudó, dejando caer la ropa al suelo en su prisa por volver a ella. Después, se inclinó sobre Miley de nuevo—. Voy a quitarte los pantalones, Miley —susurró—. Quiero sentirte toda.
Ella no podía hablar. Intentó desabrochar su cinturón, pero sus dedos eran torpes y Nick, demasiado impaciente. Apartando sus manos, él mismo desabrochó el cinturón y le bajó el pantalón hasta los tobillos.
La piel de color melocotón brillaba a la luz de la lámpara. Pero cuando los pantalones cayeron al suelo, Nick se fijó en unos cardenales que estropeaban la belleza de sus muslos.
—¿Qué te ha pasado? Estás llena de cardenales.
—Nada —sonrió ella—. Es que me choco con los muebles.
Nick sonrió, recordando el día que la había visto golpearse con la cómoda. Inclinando la cabeza, paso la lengua por uno de los cardenales.
—Ay —musitó ella.
—Eso digo yo —dijo él con voz ronca, bajándole las braguitas.
El edredón sobre el que estaban tendidos era resbaladizo y Nick pensó en apartarlo y tumbarla sobre las sábanas, pero no quería perder más tiempo. Lo que quería, lo que necesitaba, era hundirse dentro de Miley. Sentir la caricia húmeda y caliente de su cuerpo.
Lentamente, empezó a acariciar sus muslos, sus caderas, su vientre…
y después deslizó la punta de los dedos hasta el triángulo de rizos rubios que terminaba entre sus muslos. El cuerpo de Miley parecía nacer a la vida bajo sus manos.
—Nick —susurró ella, acercándose más—. Necesito…
—Lo sé, cariño —susurró él, deslizando los dedos hasta su húmeda cueva—. Lo sé. Los dos necesitamos…
Ella tembló violentamente al sentir el roce de los dedos masculinos.
Nick inclinó la cabeza para tomar su boca y saborear sus gemidos mientras hundía uno de sus dedos dentro de ella. Miley temblaba, apretándose contra él, clavándole las uñas en la espalda. Instintivamente, abrió las piernas para darle acceso y él se aprovechó. Una y otra vez violaba su secreto, gozando inmensamente del roce de terciopelo húmedo.
Cuando él reclamó uno de sus pezones, Miley se sujetó a su espalda como si estuviera al borde de un precipicio y lo único que pudiera salvarla fueran los brazos de Nick.
Pero cuando él empezó a chupar, aquella tenue sujeción se disipó.
Miley creía estar volviéndose loca. Electrificada, se movía debajo del hombre. Sus manos exploraban la musculosa espalda y se deslizaban hacia su pecho para acariciar el vello oscuro que lo cubría.
Él la tocaba íntima, profundamente y ella levantó las caderas en un gesto instintivo. Los dedos del hombre se movían, expertos, llevándola cada vez más alto, hasta que no podía respirar.
Era como si hubiera esperado aquella noche durante toda su vida. Y el destino parecía haber planeado que fuera Nick el hombre que la introdujera en aquel secreto. Las sensaciones empezaban a hacerla perder el control. No podía pensar, pero le daba igual. No necesitaba el cerebro
para procesar lo que sentía.
El pulgar de él rozó una zona increíblemente sensible y Miley lanzó un gemido ronco. Sentía escalofríos de anticipación.
—Nick, no puedo soportarlo más —susurró, aunque sabía que si él paraba en aquel momento, se moriría—. Haz algo. Ahora.
—Sí, señora —sonrió él, colocándose sobre sus piernas abiertas.
El cuerpo del hombre presionaba contra su entrada y Miley contuvo el aliento. Cuando la penetró, dejo escapar un gemido y sintió que su interior se ensanchaba para recibirlo.
Echando la cabeza hacia atrás,Miley tuvo que sujetarse a la cama. Él estaba dentro de ella. Llenándola. Era como si se hubieran convertido en una sola persona. Dos cuerpos en uno solo.
La frente del hombre estaba perlada de sudor.
Nick la miraba con fiebre en los ojos, sin moverse, con los dientes apretados. Entonces, ella empezó a mover las caderas sin saber lo que hacía, por instinto. El cuerpo del hombre parecía estar tocando su alma.
Nick estaba apoyado sobre las manos y sus músculos estaban en tensión. Lentamente, empezó a moverse sin dejar de mirarla a los ojos. El ritmo crecía. Las embestidas eran cada vez más fuertes y Miley gemía, entregándose.
El sonido del océano hacía eco en la habitación. Ella intentaba llevar aire a sus pulmones hasta que sintió que iba a romperse como un cristal contra las rocas.
Aquello era mucho más glorioso de lo que prometían los libros. Todas las novelas de amor que había leído pasaban por su mente en aquel momento. Las descripciones de fuegos artificiales y explosiones internas,
todo parecía pequeño en comparación con lo que estaba sintiendo.
El deseo adolescente que había sentido por aquel hombre era como la llama de una cerilla en medio de un vendaval, comparado con lo que Miley estaba sintiendo en aquel instante.
¿Cómo había ocurrido aquello? ¿Cómo un deseo adolescente se había convertido en amor en tres días? Era imposible, se decía.
Miley abrió los ojos y lo miró, perdiéndose en aquellos ojos marrones.
Estaba a punto de ocurrir. Lo sabía. Enredó sus piernas sobre la cintura del hombre, atrayéndolo hacia ella con fuerza, mientras se preparaba para el clímax.
Entonces, él deslizó una mano entre sus cuerpos y cuando sus dedos rozaron su parte más sensible, el cuerpo de Miley explotó. Gritó el nombre de Nick y se sujetó a él con desesperación mientras se dejaba mecer por ola tras ola de placer.
Sólo cuando ella dejo de gemir, Nick lanzó un grito ronco y se abandonó al placer.
Hola Chicas!!! Hoy decidi ser buena y subir este capi Hermoso ♥ y algo largo espero qe os guste tanto como a mi, Hoy subo ya el primer capi de la nueva nove Niley!!!
BESOSS!!