domingo, 21 de octubre de 2012

White Lies FINAL





–¿Estás lista para salir?
Al oír su voz ronca y profunda, Miley levantó la vista del documento que había estado leyendo. Habían pasado casi tres semanas desde que había escuchado su voz en ese mismo despacho por primera vez después de siete años.
Después de que el señor Huntington se hubiera ido, Miley se había dirigido a la biblioteca en vez de a la cafetería. Allí, había buscado información de la sección del Club de Ganaderos de Texas localizada en Somerset. Nick aparecía en la lista de miembros y se había unido al club el mismo día que Kevin Novak y algunos hombres más. Por la foto, parecía que Nick y el señor Novak se conocían muy bien. ¿Por qué había fingido él lo contrario cuando ella le había hablado de su reunión con Kevin Novak? ¿Por qué le había ocultado deliberadamente su pertenencia al club?
En vez de responder a lo que Nick le había preguntado, Miley hizo su propia pregunta:
–¿Por qué no me dijiste que eras miembro del Club de Ganaderos?
Nick la miró sorprendido y ella adivinó que estaría preguntándose cómo lo había descubierto.
–El señor Huntington se pasó por aquí para ver el centro y mencionó que eras miembro del club –explicó ella, recostándose en su asiento–. Así que quiero saber por qué no me lo dijiste, Nick. Tuviste varias oportunidades de hacerlo cuando estaba preparando mi reunión con el señor Novak y también después de eso. ¿Por qué no me lo dijiste?

Nick deseó habérselo contado todo a Miley la noche anterior. ¿Cómo reaccionaría al descubrir que le había ocultado la información porque había trazado un plan para vengarse de ella?
Lo más probable era que, al explicárselo, desapareciera cualquier posibilidad de reconstruir su relación. Aun así, Nick tenía que ser honesto y enfrentarse a la verdad. Las mentiras eran lo que los había conducido donde estaban.
Nick suspiró, entró en el despacho y cerró la puerta tras él. Se recostó en la pared.
–La razón por la que no quería que lo supieras es porque seguía creyendo que te habías ido de Houston con un hombre rico. Un hombre al que habías preferido antes que a mí a causa de su riqueza. Con ese pensamiento en la cabeza y en el corazón durante tantos años, albergaba mucho resentimiento hacia ti, por haber elegido el dinero por encima del amor.
Miley no dijo nada y él prosiguió.
–Pensé que, si eso era cierto, cuando averiguaras que yo era rico y que había tenido éxito en la vida, podría vengarme de ti, seduciéndote, llevándote a la cama y dejándote después, de la misma manera en que tú me habías dejado a mí. Quería hacerte daño, como tú habías hecho conmigo.
Miley siguió callada un momento.
–¿Tanto me odiabas? –preguntó en voz baja.
Nick tomó aliento, percibiendo lo mucho que la había herido.
–Eso creía. Pero después de conocer a la nueva Miley Martindale, después de ver cómo estás dedicada a las mujeres del centro de acogida y cómo pasas largas horas trabajando después de que acabe tu turno, me di cuenta de que, por mucho que yo quisiera vengarme, no podría haberlo hecho. ¿Y sabes por qué, Miley?
–No tengo ni idea –repuso ella en tono cortante.
Nick la miró a los ojos.
–Porque me di cuenta de que, aunque lo he intentado a lo largo de los años, no he podido reemplazar el amor por odio. Aunque quería lastimarte, nunca podría porque sigo amándote.
Sus miradas se entrelazaron durante un momento. Nick se preguntó si ella lo creería. Esperó y rezó por que ella diera muestras de que así era. Había hecho mal al querer vengarse pero, en el pasado, había sentido que debía hacerlo, inducido por el dolor.
–Han pasado tanto años, Miley… Nos debemos a nosotros mismos intentar reconstruir la relación que echamos a perder por nuestra falta de confianza el uno en el otro. Hoy he ido a ver a Lucas a Houston. Quería saber por qué lo había hecho. Al saber que yo me había enamorado de ti, él había pensado que ibas a lastimarme. Pero la verdad es que salí perdiendo de todos modos. No por tu culpa, sino porque creí lo peor de ti.
Nick se apartó de la puerta y dio unos pasos hacia la mesa de ella.
–Te pido que me des la oportunidad de hacer lo que quería hacer siete años atrás: amarte como se supone que un hombre debe amar a una mujer. Por favor, Miley, déjame entrar en tu corazón. Dame la oportunidad de demostrarte que soy el hombre que necesitas.
Dio otro paso hacia ella.
–¿Podrías olvidar todo el dolor y las mentiras del pasado y tomar el camino que debíamos haber tomado hace años? ¿Podrías amarme tanto como te amo a ti? ¿Podrías esforzarte conmigo en reconstruir nuestra relación, basándola en el amor, la confianza y la fe?
Nick observó una lágrima que rodaba por la mejilla de Miley. Contuvo el aliento antes de que ella empezara a hablar.
–Sí –dijo ella despacio–. Puedo esforzarme en reconstruir nuestra relación porque yo también te amo y quiero que formes parte de mi vida. Quiero tener un futuro contigo, no a causa de tu riqueza, sino porque me has demostrado más de una vez que estás ahí cuando te necesito, que piensas siempre en mi bien y me proteges cuando necesito protección.
Miley se levantó de la silla y dio la vuelta a la mesa para acercarse a él.
–Tenemos muchos años por recuperar pero, desde la noche en que volvimos a dormir juntos, supe que era lo que quería. Aunque tenía miedo de albergar esperanzas respecto a ti.
Nick la tomó entre sus brazos y la abrazó con fuerza. Luego, inclinó la cabeza y la besó. Quería que Miley siempre estuviera a su lado y, por la intensidad del beso, ella parecía querer lo mismo.
Momentos después, Nick apartó sus labios.
–¿Lista para ir a casa, tesoro?
Miley le sonrió.
–Sí, estoy lista.
Nick le dio la mano y salieron juntos del despacho. Él sabía que había mucho trabajo por hacer, hasta reconstruir su relación del modo que ambos querían y merecían. Las mentiras la habían destruido en una ocasión, pero el amor podía restaurarla. Su amor lo haría posible.
Los dos se asegurarían de ello. Juntos.



1 comentario:

  1. Jesusaurioo!
    Micheeelle
    hoy te has ganado una estrella dorada :)
    hahaa
    no te amenazare de muerte, así que puedes caminar tranquilamente por la calle mientras vuelvo a amenazarte.
    Amiga no puedo creer que después de todo si pudieron encontrar la felicidad que tanto esperaban.
    Me encanto, en verdad.
    Te quiero muchiiiiniii.
    Besos y abrazooos!

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