lunes, 22 de octubre de 2012

The Last Nigh Cap.1






EL ECO DE TEXAS
Todas las noticias que debes conocer… ¡y mucho más!
¿Recuerdan cuando el gran magnate texano Kevin
Novak estaba felizmente casado, hace cuatro años? Tampoco
hemos podido olvidar la avalancha de rumores que
se levantó cuando su esposa decidió abandonar al guapo
millonario. Todo el mundo empezó a hacer apuestas sobre
quién sería la próxima señora Novak.
Aunque esa opción nunca ha existido. Los Novak no
llegaron a divorciarse. ¿Acaso el poderoso miembro del
Club de Ganaderos de Texas se negaba a disolver su matrimonio?
¿O tal vez siempre ha tenido otra cosa en mente?
¡La cosa está que arde, pues su esposa finalmente ha
regresado!


Danielle apagó las luces de la clase y se quedó parada en medio de Luces de Baile, flanqueada por una pared de espejos que ella misma había elegido cuando había diseñado la escuela. Sonrió al escuchar la canción de Elton John que sonaba por los altavoces. La melodía le hizo recordar y cerró los ojos. Movió las caderas, meciéndose al ritmo de su poética letra.
La calma sigue a las prisas del día Cuando el ajetreo del mundo se apaga Un momento encantado me envuelve Es hora de que este guerrero inquieto esté contigo Y esta noche puedes sentir el amor
Está donde tú estás Este vagabundo asombrado Ya ha llegado lo bastante lejos Y esta noche puedes sentir el amor
–¿Puedes sentir el amor, Danielle? –le había preguntado
Kevin el día en que se habían casado.
Kevin se había llevado la mano de ella a la boca y la había besado, sin dejar de mirarla a los ojos.
Danielle había temblado de excitación ante ese solo gesto. Ella había sentido su amor en cada mirada, en cada caricia y cada uno de sus seductores besos.
–Sí, lo siento, cariño –había respondido.
Él la había besado en los labios.
–Ésta es nuestra canción, pequeña –había susurrado
él.
Abrazados el uno al otro, había cantado la letra al mismo tiempo que Elton John, meciéndose con la música mientras sus amigos y familiares los miraban.
Ella había creído que se casaba con su príncipe encantado. Kevin había sido su amor de la universidad, un hombre capaz de hacerle reír y llenarle de excitación al momento siguiente.
A Danielle se le encogió el corazón al revivir el día de su boda. Recordó cómo había estado entre los brazos de Kevin, amándolo con toda su alma y soñando con el mismo futuro feliz que ella les había deseado a muchas de sus estudiantes de baile a lo largo de los años.
Había puesto todas sus ilusiones en aquel enlace.
–¿Por qué, Kevin? –susurró Danielle, parada en medio de la silenciosa escuela de baile.
Al principio de su matrimonio, lo habían pasado muy bien, hasta que Kevin había decidido que construir un imperio inmobiliario era más importante que apostar por su relación. Se había convertido
en un adicto al trabajo, siempre posponiendo las necesidades de su esposa a causa de algún buen negocio en ciernes. A ella le había roto el corazón y, al escuchar la canción de Elton John, volvió a revivir aquellos sentimientos. La felicidad con la que había soñado se les había escapado de los dedos, pensó, sintiendo el estómago encogido.
Danielle había seguido con su vida, se había mudado de Somerset y había empezado una nueva vida en Dallas, pero no había sido capaz de dejar atrás el hondo dolor que Kevin le había causado.
Sumida en sus pensamientos, abrió los ojos de golpe y se quedó mirando las sombras que se reflejaban en el espejo. Su silueta era la de una mujer nueva y segura de sí misma. Se había convertido
en empresaria, propietaria de una cadena de escuelas de baile, además de ser profesora de baile y coreógrafa.
Sin embargo, había dejado de ser la joven optimista y llena de esperanza que había soñado con vivir y tener hijos con Kevin. Ya era hora de que dejara atrás aquellas vanas ilusiones, se dijo.
Apagó el equipo de música de mal humor y se dirigió hacia el teléfono para llamar al hombre con quien no había hablado desde hacía unos cuatro años. Llevaba demasiado tiempo evitándolo y
debía enfrentarse a ello.
Era hora de divorciarse de su marido.


Kevin Novak frotó su palo de billar contra la tiza con movimientos lentos, mientras consideraba su siguiente tiro. Era uno de los mejores jugadores de billar del Club de Ganaderos de Texas, pero su amigo Nick Franklin le estaba poniendo la victoria muy difícil.
–Tú sabes muy bien que Montoya es el responsable del incendio.
Kevin se inclinó sobre la antigua mesa de billar de roble y disparó su tiro, colando la bola naranja en el agujero de una esquina. Él sabía bien que Nick no creía que Jake Montoya fuera responsable
del incendio provocado que se había desatado en Petróleos Brody. Sin embargo, no titubeó en utilizar el tema como distracción para ganar.
–No estoy tan seguro de eso, Kev. El incendio fue provocado, sin duda, pero aún no están claros los culpables.
–Montoya siempre ha sido como un dolor de muelas.
Kevin falló el siguiente tiro y Nick levantó su palo de billar, escrutando la mesa de juego.
–Es verdad. Pero aún no estoy convencido de que haya sido capaz de provocar el incendio. Parece que fue un trabajo profesional y, si ése es el caso, él quedaría descartado.
–Te digo que es culpable –insistió Joe Brody,
otro de los viejos amigos de Kevin y antiguo compañero de la Universidad de Texas.
Los cuatro mejores amigos de Kevin eran todos miembros del Club de Ganaderos de Texas del condado de Maverick. Se habían reunido para jugar, tomar algo y conspirar en la sala de billar del
club.
–Pienso lo mismo que Joe –dijo Zac Brody,
de acuerdo con su hermano–. Montoya es un tipo de cuidado.
Justin Dupree asintió, tomando un trago de cerveza.
–Yo también creo que Montoya es culpable. Tiene muchos problemas con Joe. Siempre ha sido así.
–Yo tengo problemas con él –señaló Joe con tono de mofa. Su rivalidad se remontaba a los tiempos del instituto.
Nick apuntó a la bola azul rayada y tiró. La bola rodó hasta uno de los agujeros y Kevin hizo una mueca.
–Buen tiro.
Nick rió.
–¿Te duele reconocerlo, verdad?
–Todavía no he perdido.
Y, cuando Nick falló el siguiente tiro, Kevin se esforzó al máximo, decidido a no dejarle ganar terreno.
Su naturaleza competitiva no le permitiría perder. Metió las siguientes cuatro bolas lisas y, al fin, la bola negra, ganando la partida.
Satisfecho, Kevin le estrechó la mano a su amigo.
–Ha sido una partida muy disputada –dijo Kevin.
Nick le chocó la palma de la mano.
–La próxima vez te venceré –dijo Nick y dejó el palo. Bajando la voz, preguntó–: ¿De veras crees que Montoya es el causante del fuego?
–Eso creo. Y también creo que está detrás del boicot a mi proyecto en el centro de Somerset.
Está decidido a fastidiar a los hermanos Brody y a sus amigos. No es una coincidencia que el área que yo había elegido para construir esté siendo declarada zona de interés histórico. Montoya debe
de estar detrás de todo. Es demasiado sospechoso.
Joe se acercó y pasó los brazos alrededor de los hombros de sus amigos.
–Vamos, vosotros dos. Olvidemos a Montoya un momento. Tenemos que fijar una fecha para mi fiesta de boda. Demi se merece algo más que la boda fugaz que celebramos en Las Vegas.
Kevin sonrió.
–Sí, tú sí que sabes cómo impresionar a una chica.
–Joe ha puesto toda la carne en el asador con ésta –intervino Justin.
–Muy graciosos –repuso Joe, frunciendo el ceño.
Sin embargo, Kevin sabía que a su amigo no le molestaban las bromas. Joe había encontrado a la mujer de su vida en Demi y quería ofrecerle una celebración de boda por todo lo alto.
Cuando sonó el teléfono de la sala de juegos, Joe se acercó para responder.
–¿Danielle? ¿Eres tú de veras? Me alegro de escucharte.
Kevin se quedó petrificado. Las cabezas de sus amigos se giraron hacia él, mirándolo con curiosidad.
Un mar de sentimientos contradictorios lo envolvió. Se quedó rígido, esperando, con la mandíbula tensa.
–De acuerdo, te lo paso. Está aquí mismo –dijo Joe, tendiéndole el teléfono–. Es… Danielle. Quiere hablar contigo.

como le prometii a Mari♥ aki esta el primer capi dedicado para ti preciosa y para mariina las quiero niñas!!♥


2 comentarios:

  1. gracias me encanto si nos mucho pedir
    harias un minmaraton niley para el viernes
    me harias un gran regalo niña tkm...
    sigue esta tambie quiero ver que pasa con kanille...

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  2. Jesuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuusauriiiiiiiiiiiio!
    Me quede así como :O
    ajajajaja
    Sigo leyendo

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