domingo, 21 de octubre de 2012

White Lies cap.26


Mientras iban de camino al centro de acogida a la mañana siguiente, Nick recibió una llamada.
–Nick al habla.
Durante unos segundos, escuchó con atención lo que le decían.
–Es una buena noticia y te agradezco que me llames para informarme. Le comunicaré la información a la señorita Martindale.
Nick colgó y miró a Miley.
–Era un Ranger de Texas que es amigo mío. Me llamaba para decirme que han capturado a Liam esta mañana.
Miley mostró expresión de alivio.
–¿Dónde?
Se habían detenido en un semáforo y Nick la miró.
–A una manzana de tu casa –respondió él.
Nick odiaba contarle el resto de la información, pero tuvo que hacerlo.
–Liam llevaba una pistola y una cuerda.
Miley se puso rígida y Nick comprendió por qué. Era muy probable que Liam hubiera descubierto dónde vivía y existían muchas posibilidades de que no hubiera planeado utilizar la información para hacer nada bueno. Teniendo en cuenta que había violado la libertad condicional, tendría que regresar a prisión y cumplir toda la sentencia.
Miley no dijo nada y se quedó mirando al frente, a través del parabrisas.
–¿Estás bien? –preguntó él.
Miley giró la cabeza para mirarlo.
–Sí, estoy bien.
Igual ella estaba bien, pero Nick, no. ¿Cómo podía haber estado tan equivocado respecto a Miley? Estaba deseando enfrentarse a Lucas por todas las mentiras que le había dicho.
–Tengo que ocuparme de algo esta mañana y no volveré a tiempo para comer contigo.
–Bien.
Miley no parecía estar de humor para hablar y él supuso que necesitaría tiempo para digerir lo que le había contado de Liam.
–Como Liam está en comisaría, no hay razón para que no pueda volver a mi casa, ¿verdad? –preguntó ella.
«La única razón que hay es que no quiero que te vayas. Me he acostumbrado a tenerte cerca. Me he enamorado de ti de nuevo», pensó Nick.
–No, no hay razón –respondió, sin embargo.
Nick respiró hondo y, en ese instante, supo que no podía seguir negando lo que había sabido desde el principio: la amaba. Nunca había dejado de amarla.
Y, durante todo ese tiempo, había intentado convencerse de que quería vengarse de ella, cuando sabía que, a la hora de la verdad, no podría haber ejecutado su plan por mucho que hubiera querido lastimarla.
Desde el momento en que Miley lo había mirado, había caído rendido a sus pies. A pesar de que, a lo largo de los años se había intentado convencer de que la había olvidado, la verdad era que no había sido así. Aceptar lo mucho que la amaba era un alivio enorme.
Al fin, podía admitir lo que sentía. Toda la tensión y la rabia que había sentido desde que había vuelto a verla desaparecieron de su corazón. Su alma estaba llena de gozo y él estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que fuera necesaria para que Miley volviera a ser suya.

Pocas horas después, a la hora de comer, Miley se puso las zapatillas de deporte para ir caminando a la cafetería, mientras pensaba que era la primera vez en mucho tiempo que recorría ese camino sin Nick a su lado.
Respiró hondo, aliviada, al pensar que había terminado lo que podría haber sido otra terrible pesadilla con Liam. Sintió un escalofrío al pensar en los artículos que Liam había tenido en su posesión. No tenía ninguna duda de que había pretendido lastimarla y le estaba muy agradecida a Liam por haberla mantenido a salvo.
Nick. El hombre al que amaba.
Miley se preguntó si habría sonado convincente cuando le había dicho que no quería ningún hombre en su vida. En parte, deseaba ser suya por completo, pero temía alimentar vanas esperanzas de nuevo. Incluso después de conocer la verdad, eso no bastaba para borrar el dolor que había sentido durante tantos años.
Además,  Nick no había dicho nada para darle a entender que quisiera retomar lo que habían compartido en el pasado. Cuando ella había hablado de volver a su casa, ya que la amenaza de Liam había terminado, él no había intentado convencerla de lo contrario, ni le había dicho que no quería que se fuera.
Nick se había disculpado por haber creído las mentiras que Lucas le había contado. Y ella se había disculpado también por lo mismo. Más tarde, habían hecho el amor pero no se habían hecho ninguna promesa. No habían hablado del futuro. Y, aunque él no lo había dicho, ella tenía la intuición de que no quería comprometerse con ninguna mujer.
Eso significaba que lo único a lo que Miley podía aspirar era a la misma vida que había tenido hasta entonces. La clase de vida a la que se había acostumbrado. Algo solitaria, pero segura. Seguiría viviendo sin el hombre al que amaba.


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