martes, 31 de enero de 2012

A son to the magnate "Niley" cap.2


Cuando Miley vio que su hermana gemela, Hope, bajaba de un deportivo rojo completamente desconocido, se sintió dominada por una mezcla de impaciencia, desesperación y asombro. Sin embargo, la esbelta mujer de ojos azul turquesa y cabello rubio plateado consiguió controlarse y bajar por la escalera.
En cuanto salió de la casa, bombardeó a Hope con preguntas.
—¿Dónde has estado todas estas semanas? ¡Me prometiste que llamarías por teléfono y no lo has hecho! ¡Estaba preocupadísima! ¿De dónde ha salido ese deportivo rojo?
Hope la miró con humor y caminó hacia su hermana.
—Hola, hermanita, yo también me alegro de verte.
Miley la abrazó.
—Has estado a punto de matarme de un disgusto. ¿Por qué no me has llamado?
¿Qué le ha pasado a tu teléfono móvil?
—Se estropeó. Ahora tengo un número nuevo —respondió, arrugando la nariz—. Mira, las cosas se complicaron un poco y decidí esperar hasta tener algo concreto que ofrecerte... y cuando por fin lo he encontrado, me ha parecido que sería mejor que viniera a casa y te lo dijera en persona.
Miley miró a Hope sin entender nada ni pretender intenderlo. Aunque las dos eran físicamente idénticas, no podían tener personalidades más distintas. Hope siempre
había sido fuerte y ambiciosa; tomaba lo que quería y se hacía enemigos con más facilidad que amigos. En cambio, Miley era más tranquila, más estable y más reflexiva, aunque a veces se dejaba llevar por su temperamento excesivamente cauteloso.
A sus veintitrés años de edad, su estilo tampoco podía ser más diferente: Hope llevaba el pelo por los hombros, con un corte desenfadado, y Miley lo llevaba más largo y solía recogérselo en una coleta. Hope llevaba ropa provocadora y moderna, que llamaba la atención de los hombres, y Miley llevaba prendas conservadoras y se asustaba como un conejo ante los faros de un coche cuando algún hombre se
fijaba en ella.
—¿Dónde está mamá?
Hope colgó su abrigo en el vestíbulo y se dirigió a la cocina.
—Está en la tienda —contestó Miley—. Yo he venido esta tarde para poner la contabilidad al día... Por cierto, ¿has conseguido un trabajo en Londres?
Su hermana la miró con una sonrisa de satisfacción y se apoyó en la encimera.
—Por supuesto que sí. Ahora trabajo en un concesionario de coches de lujo y me llevo una comisión francamente interesante. ¿Qué tal está mamá?
Miley apretó los labios.
—Tan bien como puede estar. Por lo menos, ya no la oigo llorar por las noches... — respondió.
—¿Lo ha superado por fin? Ya era hora —afirmó Hope.
Miley suspiró.
—No creo que lo vaya a superar nunca; sobre todo mientras papá se dedique a pasear con su mujercita nueva por todo el pueblo —declaró—. Además, recuerda que todavía está ahogada en deudas y que va a tener que vender su casa.
Alexa le dedicó una amplia sonrisa.
—Ahora que mencionas lo de la casa, me estaba preguntando si querrías saber primero las buenas noticias o las malas... He pasado por el despacho del abogado
para ofrecer un acuerdo sobre la casa —le informó.
—Pero...
—Prepárate para una sorpresa, Miley. ¡Tengo el dinero para pagar al canalla de nuestro padre!
—No hables de papá en esos términos —protestó su hermana—. Aunque esté de acuerdo contigo, no está bien.
—Oh, vamos, no seas tan pacata... Primero, mamá se lleva el disgusto de la muerte de nuestro hermano y de mi novio en un accidente de tráfico; después, tiene que enfrentarse al cáncer de papá y dedicarse a cuidarlo: y ahora, cuando él se recupera, no se le ocurre nada mejor que separarse de ella y marcharse a vivir con una peluquera que podría ser su hija.
—No necesito que me lo recuerdes —dijo Miley, frunciendo el ceño—. Pero, ¿qué es eso de que has conseguido el dinero? No es posible: sólo has estado fuera tres meses.
Miley quería creer que era posible, pero a pesar de confiar plenamente en las habilidades profesionales de su hermana, dudaba que hubiera conseguido tanto
dinero vendiendo coches.
—Digamos que he conseguido un empleo muy bien pagado. Y como ya he dicho, tengo suficiente para pagar las deudas de mamá y lo que se le debe a papá.
Miley la miró con incredulidad.
—Para eso y para comprarte un deportivo y ropa de diseño, según veo...
La sonrisa de Hope se evaporó.
—¿Has visto la etiqueta de mi abrigo?
—No, no he visto la etiqueta, pero cualquiera se daría cuenta de que no es un abrigo normal y corriente —declaró su hermana—. Venga, dime la verdad. ¿En qué clase de trabajo pagan tanto dinero?
—¿Es que no has oído nada? ¿Qué importa eso? He salvado la situación... tengo dinero para acabar con todos los problemas de mamá y para devolverle su confianza en sí misma.
—Para eso haría falta un milagro —ironizó Miley.
—Pero los milagros son posibles, hermana. Sólo hace falta trabajar mucho y tener capacidad de sacrificio.
Miley se quedó más perpleja todavía. Su hermana era una buena trabajadora, pero nunca había demostrado ninguna capacidad de sacrificio.
—No te comprendo...
—Como he dicho antes, es complicado. Para empezar, he tenido que tomar prestada tu identidad, por así decirlo.
Miley se quedó de piedra.

Segundo capi de esta nove espero que les guste Saludos y mucho Besos!!...

1 comentario:

  1. ME ENCANTO!!!! SE VE QUE VA A ESTAR BUENA :D , SEGUILA! MUERO POR SABER COMO SIGUE , BESOTES

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