lunes, 23 de enero de 2012

LEGALLY MARRIED "JEMI" cap.4


Una semana después, Demi quedó con su amiga y abogada Miley Cyrus en el parque que estaba detrás de Seamont College, la facultad donde Miley trabajaba como profesora de Derecho. Los cerezos estaban en flor y su aroma impregnaba el ambiente. Era miércoles, a la hora de comer, y los bancos cercanos al estanque de los patos estaban llenos de estudiantes y trabajadores.
–He terminado de revisar tus papeles –dijo Miley.
Eran amigas desde la universidad. Habían compartido dormitorio en la residencia universitaria y se habían hecho inseparables desde el primer momento.
–¿Puedo firmar los documentos? –preguntó Demi. Los rayos del sol le calentaban las piernas y se reflejaban en la superficie del estanque–. ¿Cuánto tiempo debería esperar antes de hacerlo?
Miley esbozó una sonrisa radiante y apretó el sobre contra el pecho de su amiga.
Demi lo agarró de forma instintiva.
–Oh, es mucho mejor que eso –dijo Miley.
–¿Mejor que qué?
Miley soltó una carcajada.
–Quiero decir que te ha tocado la lotería.
–¿La lotería?
Demi no entendía ni una sola palabra de lo que su amiga le decía. ¿Por qué le hablaba así?
–¿Qué quieres? ¿Una mansión? ¿Un jet privado? ¿Un billón de dólares?
–Ya te lo dije. No quiero su dinero. ¿Y qué quieres decir con eso de un billón?
Él me ofrecía dos millones.
–Eso es mucho más que dos millones –dijo Miley, sacudiendo la cabeza, sorprendida–. Es todo lo que tenía la mismísima Sadie Jonas.
Demi levantó las manos e hizo un gesto que indicaba su absoluta incomprensión. Suponía que Sadie Jonas tendría algo que ver con Joe Jonas, pero ahí se había quedado. ¿Qué tenía que ver esa mujer con el dinero de él?
Miley se acercó a su amiga y bajó el tono de voz, como si se tratara de una
conspiración.
–Sadie era la matriarca de la familia Jonas –le dijo, mirando alrededor con
recelo–. Murió hace un mes en la mansión de los Jonas de Serenity Island.
El camino se bifurcaba, así que Miley condujo a Kaitlin hacia la ruta que rodeaba el estanque. Sus tacones altos repiqueteaban contra el pavimento caliente y liso.
Demi seguía sin entender nada.
–Leí una copia de su testamento –añadió Miley–. Y tú, mi querida amiga, estás en él.
–¿Pero cómo voy a estar en él?
–De hecho –dijo Miley en un tono de profundo regocijo–. Tú eres la única beneficiaria.
Demi se detuvo en seco y clavó su mirada en los ojos de Miley.
–Le ha dejado toda su fortuna a la señora de Joe Jonas.
–Ya. Desde luego –dijo Demi, pensando que se trataba de una broma.
–Lo digo muy en serio.
Demi se apartó un poco para dejar pasar a un par de ciclistas.
–¿Y cómo iba a saber que yo existía?
–No lo sabía –Miley sacudió la cabeza–. Eso es lo que lo hace increíble.
Bueno, en realidad todo es increíble.
–Miley… –empezó a decir Demi con impaciencia.
–Según el testamento todo su patrimonio está sujeto a un fideicomiso hasta que Joe se case –dijo Miley–. Pero él ya se ha casado, así que, ante la ley, te corresponde el cincuenta por ciento de Jonas Transportation.
Demi sintió que se le aflojaban las rodillas. Por eso parecía tan desesperado.
–Bueno, ¿qué quieres? –preguntó Miley, entre risas.
Sin palabras, Demi le devolvió el sobre. Aquello era demasiado para ella.
Dio un paso atrás y sacudió la cabeza.
–No quiero nada –dijo finalmente.
–No seas tonta.
–La boda fue una farsa. Fue un error. Yo no quería casarme con él y desde luego no merezco heredar la mitad de su empresa.
–Entonces acepta el dinero –le dijo Miley, intentando razonar.
–Tampoco quiero el dinero.
Miley levantó las palmas de las manos en un gesto de exasperación.
–¿Y entonces qué quieres? ¿Cómo quieres tomarte la revancha?
Demi pensó en ello un momento.
–Quiero que sufra.
Miley soltó una risotada, agarró del brazo a su amiga y continuó andando.
–Confía en mí, cariño –le dio un palmadita en la espalda–. Ya está sufriendo.
–Y quiero un trabajo –dijo Demi con convencimiento–. No quiero dinero fácil
–añadió, con la voz cada vez más fuerte–. Quiero una oportunidad para demostrar
lo que valgo. Soy una buena… No. Soy una gran arquitecta. Sólo quiero una oportunidad para demostrarlo.
El camino terminaba en la acera. Miley levantó la vista y contempló el logo de Jonas Transportation, colocado en lo alto del edificio sede de la empresa.
–Entonces pídesela.
Demi arrugó los párpados para protegerse de los inclementes rayos de sol y contempló aquellas enormes letras azules. Se volvió un instante hacia su amiga
y después volvió a mirar el logo.
–Cuánto te quiero, Miley –le dijo, esbozando una sonrisa y apretando el brazo de su amiga–. Es un plan brillante.
Y eso era exactamente lo que iba a hacer. Conseguiría que Joe Jonas le
diera un empleo; el trabajo que debía haber sido suyo desde un primer momento:
el proyecto de renovación de la sede de Jonas Transportation.
Retomaría el asunto justo donde lo había dejado, o mejor aún…
Desarrollaría una iniciativa mucho más llamativa. Y entonces, una vez le hubiera
demostrado a todo el mundo que era una arquitecta con talento, firmaría los papeles y Joe Jonas recuperaría su empresa. Además, así no tendría que irse de Nueva York.
La luz cambió a verde y Demi tiró del brazo de su amiga.
–Te vienes conmigo.
–Tengo clase ahora –Miley vaciló un momento.
–No tardaremos mucho –le prometió Demi.
–Pero…
–Vamos. Necesito que le sueltes algo de jerga legal para que se asuste un poco.
–Ya está asustado. Créeme –dijo Miley, echando a andar.
–Entonces todo será muy fácil –le aseguró Demi mientras subía la corta escalinata de cemento al otro lado de la acera.
Atravesaron el vestíbulo del edificio Harper y se dirigieron directamente al despacho de Joe, situado en el último piso. Demi conocía muy bien las instalaciones, así que era imposible perderse.
–He venido a ver a Joe Jonas –anunció ante la recepcionista unos minutos después, en un tono seguro y convencido. El corazón se le había acelerado y las
palmas de las manos le sudaban sin cesar.
–¿Tiene cita? –le preguntó la joven morena con suma cortesía, mirándola a
ella y después a Miley.
–No –admitió, y entonces se dio cuenta de que era bastante difícil que Joe estuviera disponible en ese preciso momento.
–Dígale que se trata de un asunto legal –dijo Miley, dando un paso adelante–. Demi Lovato. La joven morena levantó la cabeza bruscamente, llena de curiosidad.
–Claro. Por supuesto. Un momento, por favor –dijo, levantándose de la silla.
–Gracias –le susurró Demi a Miley al tiempo que la recepcionista se alejaba por el pasillo–. Sabía que me ibas a venir muy bien.
–Te mandaré la factura –contestó Lindsay con un hilo de voz.
–No. No lo harás –dijo Demi en un tono bromista.
–Dentro de diez minutos más o menos, podrás permitirte mi minuta –dijo Miley, bromeando.
–Mándale la factura a Joe –sugirió Demi, que ya empezaba a sentir mariposas en el estómago.
–Lo haré.
La recepcionista volvió enseguida, esbozando una perfecta sonrisa de plástico mil veces ensayada.
–Por aquí, por favor.
Las condujo a través de unas cuantas estancias y oficinas hasta llegar a unas dobles puertas situadas al final del corredor. Al otro lado se vislumbraba un lujoso despacho con alfombras de color burdeos. Demi fue la primera en entrar.
Al verla acercarse, Joe se puso en pie.
–Gracias, Amy –le dijo a la recepcionista con un gesto.
La joven abandonó la estancia inmediatamente y cerró las puertas al salir.
Él miró a Miley fugazmente y entonces levantó una ceja.
–Mi abogada –le explicó Demi de inmediato–. Miley Cyrus.
–Por favor… –dijo, invitándolas a sentarse con un gesto.
–Firmaré tus papeles –le dijo, permaneciendo de pie.
Joe miró a Miley un instante y después volvió a mirar a Demi. Se atisbaba una sonrisa en sus labios y en sus ojos había un profundo alivio.
–Pero quiero dos cosas –dijo Demi, prosiguiendo. Aunque supiera que era un momento para disfrutar, estaba demasiado nerviosa como para regodearse viéndole sufrir.
Sin embargo, aquello tenía que salir bien. Tenía que salir bien.
Joe arrugó el entrecejo y Demi casi pudo ver las cifras y los cálculos que bailaban en su mente.
–Uno… –añadió ella, contando con los dedos–. El matrimonio será un secreto. Dos. Me das un trabajo. Directora del proyecto de renovación o algo
similar.
–¿Quieres un trabajo? –Joe aguzó la mirada.
–Sí.
Parecía realmente confundido.
–¿Por qué?
–Necesitaré un despacho y algo de personal de apoyo para terminar el
proyecto de renovación. Como todo eso está disponible aquí…
Él permaneció en silencio durante unos segundos.
–Te ofrezco dinero, no un trabajo.
–No quiero tu dinero.
–Demi…
Ella se puso erguida.
–Esto no es negociable, Joe. Yo llevo las riendas y tengo carta blanca. Te hago la renovación del edificio, a mi manera, y…
Él se inclinó hacia delante e hizo tamborilear los dedos sobre el escritorio.
–Ni hablar.
–¿Cómo?
Se fulminaron con la mirada durante un incómodo segundo y un millón de emociones circuló por el organismo de Demi. Él resultaba de lo más intimidante, pero también era innegablemente atractivo. Joe Jonas era tanto el problema
como la solución.
–Debería saber, señor Jonas… –dijo Miley. Su voz sonaba altiva y autoritaria–. Que le he entregado una copia del testamento de Sadie Jonas a la
señorita Saville, tal y como fue archivado en el juzgado testamentario.
De pronto se hizo un vacío en la estancia. Nadie se movía. Nadie respiraba.
Demi se obligó a mantenerse firme y erguida, cruzó los brazos sobre el
pecho y dejó que la expresión de Joe Jonas la llenara de confianza. Él parecía
realmente anonadado.
–Me divorciaré de ti, Joe –le dijo–. Firmaré lo que haga falta y te devolveré toda tu empresa, tan pronto como recupere mi carrera como arquitecta.
Una mirada furibunda se clavó en ella.
–¿Me estás chantajeando?
–Estoy haciendo un trato –a Demi se le puso la carne de gallina.
Transcurrieron varios segundos llenos de silencio.
La expresión de él apenas cambió, pero finalmente asintió con un leve gesto de la cabeza.
En ese momento el corazón de Demi dio un vuelco y una ola de alivio la recorrió de pies a cabeza.
Lo había conseguido. Había conseguido una segunda oportunidad.
Joe jamás la perdonaría, pero eso no tenía la más mínima importancia. Lo que de verdad importaba era que había recuperado su empleo.
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Un capitulo mas =D

1 comentario:

  1. ESO ES DEMI!!! JAJAJ ESTUVO INCREIBLE EL CAPI! SEGUILA!!! JAJAJAJA ME CAUSO MUCHA GRACIA EL CAP!!!! ESPERO EL PROXIMO PRONTO , BESOTES!

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