Se
inclinó para besarla una vez más, y Miley notó los salvajes latidos de su
corazón y escuchó su respiración jadeante, mientras a ella la invadían una
miríada de nuevas sensaciones. Tal y como él había dicho, parecía magia. Le
rodeó el cuello con los brazos y enredó los dedos en su cabello rubio.
Sin
que Miley supiera cómo había ocurrido ni en qué momento, la otra mano de Nick estaba también bajo su camisa, masajeando y acariciándole el otro seno.
Él
interrumpió el beso para buscar sus ojos, pero no dejó de tocarla.
—Parece
que tus senos estuvieran hechos para encajar en las palmas de mis manos
—murmuró en una voz irreconocible por el deseo—. Quiero mirarte, Miley. Esto no
es suficiente...
La
idea de sus ojos recorriendo la desnudez de su cuerpo hizo que el
corazón se le subiera a la garganta a la joven. Ella también lo quería, pero...
—¿No
tendrás miedo? —la picó Nick con dulzura—. Sabes que sería incapaz de hacerte
daño, ¿no es verdad?
—Lo
sé —respondió ella.
Le
acarició el atractivo rostro hipnotizada, trazando el contorno de sus labios,
la recta y arrogante nariz, apartó un mechón de cabello de su frente...
—Yo
también lo quiero —le confesó—, pero si no te digo ahora que no, seré incapaz
de hacerlo. Siento como si estuviera ardiendo por dentro.
—Yo
siento lo mismo —le dijo él, aceptando su decisión a regañadientes, y sacando
las manos de su camisa con un pesado suspiro. Se apoyó sobre ambos codos, y la
miró a los ojos — Ésta
también es la primera vez para mí, ¿sabes?
Teddi
esbozó una sonrisa burlona.
—Oh,
por supuesto.
Nick se rió, peinando el corto cabello de Miley con los dedos.
—No,
lo digo en serio: no he besado ni acariciado a una chica virgen desde que tenía
dieciséis años. Y también ha sido la primera vez que he tenido que parar
—añadió malicioso.
Miley suspiró para sus adentros, lamentándose de que sólo sintiera atracción física
por ella.
—Lo
siento —murmuró—. No estoy preparada.
—No
tienes que disculparte —le dijo él, trazando una de sus perfectas cejas con el
índice — Dime, Miley, ¿has deseado a un hombre alguna vez?
Ella
tragó saliva. Por un instante estuvo tentada contarle lo que le había sucedido
a los catorce años, pero aquel era un momento tan perfecto, que no quería
estropearlo con amargos recuerdos.
—No
—le dijo al cabo de un rato—. Al menos no antes de conocerte a ti.
Nick apoyó su frente en la de ella.
—No
es muy sabio confesarle algo así a un hombre en estas circunstancias —farfulló
divertido—. Dime, ¿puedes sentir hasta que punto te deseo?
Era
bastante difícil no notarlo, pegados como estaban el uno al otro, y Miley se
sonrojó profusamente.
—Yo...
imagino que muy pocas mujeres te habrán dicho que no —murmuró.
Nick levantó la cabeza para mirarla y enarcó una ceja.
Miley se rió.
—Tampoco
creo que tengas tiempo para serlo — replicó—, con todo lo que trabajas.
Nick jugueteó con un mechón de su oscuro cabello.
—No
tengo más remedio. De otro modo habríamos perdido todo cuando mi padre murió. Y
tengo que pensar en mi madre, y en Selena —le dijo—. Pero tú tampoco has tenido
una vida muy fácil.
—Lo
pasé muy mal cuando fallecieron mis padres en el accidente —asintió Miley—,
pero tampoco puedo quejarme de cómo me ha ido, y las cosas mejoraron cuando mi
tía me mandó al internado y conocí a Selena.
—Excepto
por las veces que has venido al rancho y yo me he portado como un bruto contigo
— murmuró Nick avergonzado—. Vaya —dijo mirando su reloj y dejando escapar un
suspiro—, odio tener que decir esto, pero por desgracia tenemos que volver ya,
se está haciendo tarde. Además, esta tarde llega ese dichoso contable de la
auditoría —masculló apartándose de ella y sentándose a su lado. De pronto se
había quedado mirándola muy serio—. Por cierto, que hay algo que deberías saber
de él antes de que llegue.
—¿El
qué? —inquirió Miley sonriente mientras se abrochaba la camisa.
Su
deslumbrante sonrisa hizo que Nick se sintiera incapaz de decirle lo que le
tenía que decir.
—No,
déjalo, ya habrá tiempo luego. Vamos — murmuró, se puso de pie y le tendió la
mano para ayudarla a levantarse—, volvamos a casa.
Hicieron
el camino de regreso en un agradable silencio, y Miley no pudo dejar de
albergar la esperanza de que, al llegar al establo, cuando la ayudase a
desmontar, la besase una vez más.
Sin
embargo, cuando llegaron allí, se encontraron con Taylor y Selena, que venían
de la casa.
—Ah,
al fin aparecéis —dijo Selena, colgándose del brazo de Taylor y riéndose como
si llevara el sol dentro de ella—. Nick, ha venido un hombre a verte. Llamó
desde Calgary para decir que ya estaba en el aeropuerto, y mamá fue a
recogerlo.
Nick asintió con la cabeza.
—El
contable —murmuró, dirigiendo una mirada extraña a Miley—. Bueno, entremos
entonces. Será mejor que os lo presente. Al fin y al cabo va a estar aquí unos
días.
Dejaron
a los caballos a cargo de Happy y fueron hacia la casa.
—Ah,
aquí está mi hijo —dijo la señora Jonas cuando entraron en el salón.
El
visitante se puso de pie. El hombre, alto, aunque no tanto como Nick, delgado y
de pelo castaño, esbozó una sonrisa torcida al ver a Miley, y a la joven, que
lo reconoció al instante, se le cayó el alma a los pies. Era Liam Hemsworth,
aquel tipo amigo de su tía que estaba obsesionado con ella. El motivo por el
que finalmente había aceptado la invitación de Selena en Semana Santa, era que
prefería el malhumor de Nick al acoso constante e inexorable de aquella
sanguijuela, porque
Liam Hemsworth no aceptaba un no por respuesta.
Ahora
ya sabía quién era el informador secreto de Nick, el que le había estado
contando mentiras acerca de su vida y su trabajo... Ahora ya sabía quién lo
había envenenado contra ella. Allí estaba el culpable en persona, y con un
brillo en los ojos que le decía que su retorcida mente tenía reservadas otras
viles artimañas. ¿Y Nick? Nick estaba observando receloso el intercambio de
miradas entre ambos.
—¿Cómo le va, señor Jonas? —saludó Liam a
Nick. Y luego, volviéndose a ella, le dijo riéndose— El mundo es un pañuelo, ¿eh, Miley? —y, para
indignación de ella, tuvo la desfachatez de acercarse y besarla en la mejilla—.
¿Qué está haciendo aquí mi chica? — inquirió, pasándole con frescura un brazo
por los hombros y atrayéndola hacia sí.
........................................................................................SOY MALA JAJAJJJAJA HASTA AQUI LO DEJARA POR HOY PERO MAÑANA SUBIRE MAS
HAY DIOS !!!!!!! COMO SE TE OCURRRE DEJAR HAY LA NOVE?????? QUERES QUE ME MUERA O QUE?????? PORFA SEGUILA!!! AUNQUE SEA UN ADELANTO O ALGO!!! ME VA A DAR UN INFARTO JAJA , SEGUILA PRONTO SI?? , BESOTES!!!
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