El salón estaba lleno de gente, de risas y de conversaciones. La casa de Nick ya no parecía una sombría cueva, al contrario; era un sitio alegre y lleno de luz.
Era una casa llena de felicidad.
Miley se dejó caer sobre el sofá y puso los pies sobre la otomana, observando a Nick mientras charlaba con sus amigos.
Kevin de Luca y su mujer, Danielle, habían llegado dos días antes con su hija, Amy. Ryan Beardsley y su esposa, Kelly, habían sido los últimos en llegar desde Saint Angelo, donde residían de manera permanente. Su hija, Emma, tenía casi la misma edad que Amy, habían nacido con pocos meses de diferencia.
Nick había decidido invitar a sus amigos precisamente ese fin de semana porque se acercaba el momento y quería que estuviese rodeada de gente después del parto, como ella siempre había querido.
Además de su cariño y sus continuas atenciones, había contratado personal para que llevase el café durante su último mes de embarazo y estaba pendiente de ella a todas horas.
Por fin estaba viviendo un cuento de hadas, pensó Miley. Uno con el que jamás se había atrevido a soñar… De repente, sintió un dolor agudo en el abdomen que la hizo doblarse sobre sí misma. Demi, que estaba mirándola en ese momento, se acercó.
–¿Qué ocurre? ¿Estás bien?
–Calla, que no se entere Nick o se pondrá histérico. Ha empezado a dolerme hace rato…
–¿Estás teniendo contracciones?
–Creo que sí… –Miley hizo un gesto de dolor.
–¿Cada cuánto tiempo?
–Cada cinco minutos. Pero he leído en algún sitio que no debo ir al hospital hasta que sean cada dos minutos.
Demi la miró, exasperada.
–¿Dónde has leído eso?
Danielle se acercó en ese momento y, al ver su expresión, ni siquiera tuvo que preguntar.
–¡Nick, tienes que llevar a Miley al hospital!
Los cuatro hombres se volvieron a la vez y Nick se acercó de inmediato, pálido.
–Cariño, ¿ha llegado el momento?
–Creo que sí –respondió ella.
Nick la tomó en brazos y se dirigió al garaje, dejando tras ellos un caos de gente pasándose bebés y bolsas de pañales.
–Todo va a salir bien, ya verás –murmuró–. Vamos al hospital para conocer a nuestro hijo....
–¡Empuja, Miley, empuja! Ahora respira… respira profundamente, empuja de nuevo y cuenta hasta diez.
Aquello era más difícil de lo que había imaginado. Miley respiró profundamente y luego empujó con todas sus fuerzas. Intentó contener el aliento mientras contaba hasta diez, como le pedía la enfermera, pero se le escapó cuando llegó a cinco.
–Lo estás haciendo muy bien, cariño.
La voz de Nick, aparentemente calmada, le dio fuerzas para seguir.
–¿Cuándo va a venir este niño? –protestó Miley.
La enfermera sonrió.
–Un empujón más y sacará la cabeza. Concéntrate y empuja con fuerza durante la próxima contracción.
–Empuja, cariño, empuja –la animó Nick–. Puedes hacerlo, ya casi has terminado.
–Ya veo la cabeza –dijo el ginecólogo–. Muy bien, Miley, relájate un momento… vamos a sacarlo en la siguiente contracción.
Afortunadamente, unos segundos después empujó de nuevo y fue como si su abdomen se hundiese. La enorme presión desapareció y el bebé llegó al mundo.
Miley exhaló un enorme suspiro, abrumada de emoción, y enseguida escuchó el llanto de un bebé.
–Dios mío…
–¿Lista para conocer a tu hijo? –le preguntó el ginecólogo.
Cuando puso al bebé sobre su pecho, Miley rompió a llorar, emocionada, mientras miraba la carita roja de su bebé.
–Qué guapo es…
Nick tomó al niño en brazos, emocionado. Y sonrió.
Y era la sonrisa más hermosa que Miley había visto en toda su vida.
–Es precioso, sí.
Entonces, sorprendida, vio que una lágrima rodaba por su rostro seguida de otra y otra…
–Te amo, Miley –murmuró–. Gracias por este hijo. Se parece a
ti… es perfecto.
Ella cerró los ojos, dejando que las lágrimas rodasen por sus mejillas. No olvidaría aquel momento durante el resto de su vida.
–¿Cómo vamos a llamarlo?
Nick le devolvió al bebé, acariciando su cabecita.
–¿Qué tal Thomas? Thomas Jonas.
–Nuestro pequeño Tom. Me gusta.
Nick la besó en los labios.
–Voy a quereros con todo mi corazón durante el resto de mi vida.
A pesar de la fatiga, Miley sonrió.
–Lo sé, Nick. Y también yo voy a quererte a ti y al pequeño Thomas cada día de mi vida. Y pienso vivir durante mucho tiempo.
Unos minutos después, Nick salía del paritorio con su hijo en brazos para reunirse con Demi, Joe y todos los demás en la sala de espera. Se detuvo en la puerta, mirándolos con una sonrisa en los labios. Una sonrisa que era como ver el sol después de vivir una vida entera en la oscuridad.
–Quiero presentaros a mi hijo.
niñas bellas de mi corazon aqui les traigo el final de esta bella historia que espero les haya gustado!
y quiero disculparme si no he subido pero no me ha dado tiempo por el trabajo y las fechas...
pero pronto estare de vacaciones (o eso es lo qe espero todavia no es seguro jiji) y las recompensare con un maraton!!
¿Que les parece?
comenten mucho!!!!
LAS AMO♥
oooowwwwwwwww mee encanto !! :D
ResponderEliminarestuvo lindisimo el final amiga
aaw mw mueron por qe sean tus vacaciones y poder conversar mucho jiji
te amodoro mucho amiga *-*
cuidate
besos ... C:
awwwwwwwwwwwww que lindoo final
ResponderEliminarespero que pronto puedas tener tus vacaciones amigaa..
MORI MUERTA DE AMOOOOOOOOOOOOOOR
ResponderEliminarME GUSTAAAA MUCHO LA IMAGEN DE NICK CON EL BEBE
MICHELLE
HABLANDO SERIAMENTE
NO TE QUIERO MATAR
PERO A VECES
A VECES
MEJOR NI TE DIGO LO QUE SIENTO A VECES
JAJAJA
POR FAVOR SUBII DE THE FAR FUTUREEE
ME ENCANTA ESA NOVE
BESOS
ABRAZOS Y
MUCHOOOUUU AMOUUURRRR
OMG!!!!!
ResponderEliminarEl final fue hermoso!!! *-*
Te juro casi lloro, las ganas no me faltaban c':
Entiendo que no hayas podido publicar, yo estuve en las mismas :p
Y después de este final estás totalmente perdonada :)
Bue... sube pronto y no te olvides de nosotras xDD Besis, bye c: