domingo, 25 de noviembre de 2012

Irresistibly Charming cap.9




Durante un par de segundos, su reacción lo aturdió. Pero enseguida pensó que debía de ser la respuesta natural ante una ocurrencia inesperada de un hombre diciendo algo amable sobre ella.
Nick sospechaba que en los últimos años, Miley no había recibido piropos de ningún hombre, en especial por su modo de vestir y comportarse.
Evidentemente, se había aislado después de aquella desastrosa aventura que había tenido con un cliente. Le hubiera gustado conocer algunos detalles más de esa relación, pero sabía que no era el momento de preguntar.
–Espero no haber dicho nada incorrecto –dijo él.
–Por supuesto que no –dijo Miley guardando la compostura con su habitual brusquedad–. Es solo que me has pillado por sorpresa. Además, no puede seguir cayéndome mal un hombre que está dispuesto a perder su fin de semana para hacerme feliz.
No le quedó más remedio que sonreír.
–Cuidado, no nos excedamos con los halagos.
–No querrás que empiece a mentirte, ¿verdad?
–No hasta que lleguemos a nuestro destino, momento en el que alguna mentira será necesaria, además de alguna que otra muestra de flirteo.
–¡Flirteo!
Nick estuvo a punto de romper en carcajadas al ver su expresión.
–Por supuesto –dijo él con cara de póquer–. ¿Sabes flirtear, verdad Miley?
–Nunca me ha gustado seducir.
–En ese caso, es hora de que aprendas. ¿O quieres pasar el resto de tu vida como una solterona?
–La manera en que pase el resto de mi vida no es asunto tuyo.
–Cielo santo. Pero ¿qué pasa contigo? De acuerdo, es evidente que un canalla te hizo mucho daño, pero no es el único hombre de la Tierra. No todos somos tan malos. Tienes que superarlo y seguir adelante.
–¡Muchas gracias! –exclamó con ironía.
–Lo conseguirás si haces lo que te digo. Escucha, este fin de semana tendrás la oportunidad perfecta para aprender a flirtear. Puedes practicar conmigo sin tener que preocuparte de las consecuencias.
–¿De veras?
–Deja ya la ironía.
El suspiro de Miley sonó a desesperación.
De repente, Nick se dio cuenta de que estaba siendo demasiado
insistente. Era una mala costumbre que tenía, el tratar de arreglar y controlar las cosas.
Era el resultado de su infancia, cuando todo había estado fuera de su control.
–Lo siento. Me estoy poniendo muy insoportable, ¿verdad?
–Mucho.
–Puedes pedirme que me calle si quieres.
–Cállate, Nick.
Él rio.
–Prometo no ser tan sargento cuando lleguemos a casa de tu familia.
–No cambies demasiado. A mi abuela le gustan los hombres con carácter.
–Pero a ti no, Miley. Voy a hacerme pasar por tu hombre perfecto, no por el de tu abuela.
–¿Y acaso sabes cómo es mi hombre ideal?
–Puedo intentar adivinarlo.
–A ver, dime.
–Para empezar, tiene que ser todo un caballero a la vieja usanza, pero sin ser machista. Te tiene que tratar bien, como a una princesa. Te gustaría que fuera apasionado y tierno a la vez, tierno y protector.
Por su expresión, Nick supo que había dado en el clavo.
–¿Qué eres? –preguntó sorprendida–. ¿Un adivino?
–No, pero soy muy observador. Por cómo describiste a tu padre, me di cuenta de que era tu hombre ideal. Me atrevería a decir que el hombre que tanto daño te hizo, parecía ser tu hombre ideal. Pero fue solo en apariencia. En el fondo, era todo lo contrario.
El silencio de Miley tocó la fibra sensible de Nick.
Sabía que no siempre era bueno hablar de algunas cosas, ya que removían recuerdos desagradables.
–Parece que era un canalla –continuó– . Alguien a quien es mejor olvidar.
Miley permaneció en silencio.
–Es hora de distraerse –dijo él y puso la radio–.
Ahora, ponte cómoda en tu asiento y relaja esa tensión.
Y antes de que me vuelvas a pedir que me calle, creo que deberías saber que toda mujer desea en algún momento tener cerca un hombre que lleve la iniciativa, como ahora mismo. Así que trágate ese comentario sarcástico que estoy seguro que estás ideando y haz lo que te digo, ¿de acuerdo?
Se quedó satisfecho al ver que no protestaba. De hecho, Miley hizo
exactamente lo que le había sugerido, reclinó el asiento, cerró los ojos y dejó escapar un largo suspiro. No estaba seguro de lo que se le estaría pasando por la cabeza, pero enseguida se la vio más relajada. Incluso le pareció que se había dormido. Quizá no hubiera dormido bien la noche anterior, preocupada por el fin de semana.
Era una suerte que conociera la zona norte hasta el río Hawkesbury. En caso contrario, habría tenido que despertarla para pedirle indicaciones. Si no recordaba mal, el Hawkesbury estaba a media hora de camino de donde estaban. Miley tendría tiempo suficiente de echarse una siesta antes de verse obligado a
despertarla.
Cinco minutos más tarde, tomó la autopista y aceleró. El tráfico se aligeró con los tres carriles y el potente coche se comió los kilómetros. El paisaje urbano dio paso enseguida a la vegetación que se extendía a ambos lados de la carretera que atravesaba las colinas rocosas. En algo menos de media hora, Nick empezó
el camino de descenso que daba al río y a la pequeña aldea de Brooklyn.
En una ocasión había alquilado una cabaña de pesca, siguiendo la
recomendación de un amigo que le había dicho que era el lugar perfecto para un fin de semana romántico.
Nick frunció el ceño al intentar recordar el nombre de la mujer con la que había ido. De eso no debía de hacer ni tres años y era incapaz de recordar su nombre o su cara. Lo único que recordaba era el placer de estar al aire libre y el hecho de haber pescado un pez.
Miró a Miley un instante. Aquel fin de semana no podía ser considerado una escapada romántica. Pero sospechaba que no iba a olvidarlo, al igual que nunca olvidaría a Miley Cyrus.
Nick sonrió ante aquella última idea. Era imposible olvidar a la mujer más irritante que jamás había conocido.





niñas lo lamento tanto!!!!
el no haber subido capis (falta de tiempo)
pero hoy si tengo un poco de mas tiempo 
y durante el dia estare subiendo capis Niley!!
comenten mucho 
las amo

No hay comentarios:

Publicar un comentario