martes, 1 de enero de 2013

Irresistibly Charming cap.20





–Gracias a Dios que me has llamado –fueron las primeras palabras de Demi–. Llevo toda la mañana muriéndome de curiosidad.
–Son solo las diez y media –le dijo Miley a su amiga–. No he podido
llamarte antes. No he tenido un minuto.
Era una mentirijilla. Había pasado un buen rato a solas antes del desayuno, pero se había dedicado a poner orden a su cabeza. Tan pronto como Nick había salido de la habitación, Miley había sentido dudas sobre lo que había accedido a hacer.
Estaba enfadada consigo misma, no por acostarse con él la noche anterior, sino por acceder a acostarse con él sin que le ofreciera nada a cambio. No le había dicho nada de convertirse en su novia, o de salir juntos.
Tan solo se había referido al sexo. Además, le había anunciado que dejaría de ser su cliente. ¿Qué excusa podría haber puesto ella? aquel hombre estaba dispuesto a salirse con la suya.
El problema estaba en que lo deseaba incluso con sus condiciones. La sorpresa y la vergüenza de admitir aquello eran casi imposibles de soportar.
Había tenido que obligarse a bajar la escalera y había evitado mirar a Nick durante el desayuno. Se había encontrado a toda la familia en la cocina, disfrutando de un desayuno típico inglés de los que preparaba su tía dolly. A Miley nunca le había gustado comer demasiado por la mañana, pero esta vez se sirvió beicon, huevos, alubias y tomates fritos, además de tostadas. De esa manera, no tendría que hablar demasiado.
Después de desayunar, ayudó a su tía a recoger mientras Nick cumplía su promesa de sacar de paseo a Jane en su descapotable. Media hora más tarde, seguían sin regresar, lo que permitió a Miley llamar a su amiga.
–Pareces nerviosa –dijo Demi–. Por favor, no me digas que no pasó nada anoche entre vosotros.
–Sí, pasó algo.
–Venga, cuéntamelo.
Miley le contó todo, aunque no con detalle. Algunas cosas eran demasiado íntimas para mencionarlas. Le habló de lo que Nick le había dicho al despertarse, además de su decisión de continuar su relación con él a pesar de que sabía que no conduciría a ninguna parte.
–Por favor, no me digas que soy una estúpida –concluyó.
–Por supuesto que no. Si estuviera en tu lugar, yo haría lo mismo.
–¿De verdad?
–Claro que sí. Después de todo, Miley, ¿qué otra alternativa tienes?
¿Volverte más amargada y frustrada, y seguir odiando a los hombres?
–¿Y si me enamoro de él? –preguntó, diciendo en voz alta sus peores temores–. No puedo volver a enamorarme del hombre equivocado.
–Pero este hombre es diferente a los otros dos. ¿No te das cuenta? Los otros te hicieron creer que te querían. Lo único que Nick quiere de ti es tu cuerpo.
–Eso suena muy mal.
–A mí no. A mí me parece increíblemente sexy.
Aprovecha. Y si te enamoras de él, ¿qué más da? Quizá estés un poco triste cuando se acabe, pero no te estés un poco triste cuando se acabe, pero no te sentirás amargada y traicionada. Tendrás unos recuerdos maravillosos de un gran amante que te hará ver lo guapa y atractiva que eres. ¿Y quién sabe? Tal vez acabes siendo la elegida.
–¿Cómo?
–La elegida para hacerle cambiar de opinión acerca del amor y del
matrimonio. 
Miley rio.
–No conoces a Nick.
–No, pero me gustaría. ¿Por qué no vienes con él el próximo fin de semana y hacemos una barbacoa?
–No creo que quiera esa clase de relación.
–¿Quieres decir que solo quiere sexo y nada más? –preguntó Demi
sorprendida–. ¿Nada de citas?
–Eso creo.
–Eso sí que me parece vulgar. No habrás aceptado eso, ¿verdad, Miley?
–Me temo que sí. He aceptado cualquier cosa con él.
–Oh, querida…
–¿Qué quieres decir?
Demi se calló antes de decirle a su amiga que parecía haberse enamorado ya de él. No adelantaba nada con decírselo. Tenía la sensación de que aquella aventura no iba a terminar bien para Miley, pero tampoco estaba dispuesta a decírselo.
–No me gusta la idea de que accedas a todo. No pierdas tu orgullo por un hombre por muy bueno que sea en la cama.
–Hace un minuto te parecía muy bien que solo tuviera sexo con él.
–Y así es, pero ten cuidado.
De pronto, Demi se arrepintió de haber animado a Laura a acostarse con él.
–Tengo que colgar, Demi. Oigo llegar el coche de Nick.
–Llámame esta noche.
–Mejor mañana. Puede que esta noche esté ocupada.
«Claro, el dueño y señor del dormitorio querrá otra sesión como la que tuvo anoche», pensó Demi.
De repente se dio cuenta de que Nick iba tras la inocencia de Miley. Ella no era como las bellezas con las que los playboys solían irse a la cama. Era una mujer encantadora y sincera con un gran corazón y que no solía acostarse con cualquiera. Era demasiado vulnerable para alguien como Nick Jonas.
Demi deseó poder retirar todos los estúpidos consejos que le había dado a Miley. Tenía que haberse dado cuenta de que su amiga no estaba preparada para una aventura estrictamente sexual. Iban a volver a hacerle daño y ella iba a ser responsable en parte. Pero ya era demasiado tarde. Lo único que podía hacer era estar a su lado cuando todo terminara, algo que no quería que ocurriera.

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